Aunque en los últimos años el girasol fue desplazado a las regiones agrícolas más marginales, un productor del sudeste bonaerense mostró los favorables resultados que obtiene aplicando al cultivo toda la tecnología disponible, incluye el riego complementario. Este fue uno de los temas desarrollados en el 6º Congreso Argentino de Girasol.
Eduardo Barrios mostró los resultados que obtiene aplicando al cultivo de girasol toda la tecnología que hoy se encuentra disponible. El técnico y productor lleva 10 años sembrando en directa en su campo cercano a Mar del Plata, luego sumó la siembra por ambientes, posteriormente comenzó a utilizar dosis variables de semillas y fertilizantes y en las últimas campañas incorporó el riego.
Al explicar los objetivos que persigue utilizando la agricultura de precisión como base de sus planteos productivos indicó que busca maximizar los rendimientos a partir de una reasignación de recursos hacia las zonas del campo con mayor potencial a la vez que mantener los altos rendimientos con una marcada disminución de los costos de los insumos.
Barrios explicó que para realizar aplicaciones variables identifica las diferentes zonas dentro del lote utilizando la información que le ofrecen los mapas de rendimiento, los mapas de tosca, las fotos satelitales de índice verde, los análisis de disponibilidad de nutrientes, el mapa de relieve y los mapas de productividad.
Entonces desafió al auditorio con una pregunta: “¿Es conveniente regar girasol para buscar los máximos rendimientos?”. Para responderla comparó los márgenes brutos que obtiene en su establecimiento regando maíz y girasol. Aplicando 200 milímetros de riego en maíz y 100 mm en girasol, los costos de implantación son prácticamente la mitad en la oleaginosa respecto del cereal (588,83 u$s/ha en maíz y 303,91 u$s/ha en girasol). Mientras que, comercializando el maíz en Quequén - un puerto muy cercano a su establecimiento- y el girasol en Rosario, los márgenes brutos de ambos cultivos son casi idénticos (703,21 u$s/ha en maíz y 702,03 en girasol).
Para finalizar sintetizó los factores que considera clave del éxito de su planteo productivo:
• Disminuir las densidades de plantas.
• Realizar fertilizaciones acordes al rinde esperado
• Determinar con precisión los momentos de aplicación del riego complementario
•Utilización de insecticidas lo más residuales posibles.
•Utilización de materiales Clearfield.
Indudablemente que lo expuesto por Barrios abre un camino contundente en la posibilidad de cultivar girasol en suelos con alta aptitud agrícola y aplicando niveles tecnológicos muy elevados.
Siembra de segunda
En el mismo panel, Fernando Ross del INTA Barrow, mostró los resultados obtenidos en varios trabajos realizados en esa unidad experimental. Entre ellos se destaca el girasol como el cultivo más eficiente en el uso de agua útil al momento de la siembra, medido en la respuesta a nivel de rindes. Los datos hablan de un diferencial de alrededor de 7 kilos de girasol por milímetro acumulado, que en algunos casos llega a 10 kilos.
Por otro lado, el especialista abrió el juego con otra de las alternativas que encuentra el girasol en el sur bonaerense. Señaló que esa región tiene un alto potencial para dedicar superficies a la siembra de cultivos de segunda. Y explicó que, en esa modalidad de siembra, el girasol puede competir con la soja, acrecentando su ventaja cuando la siembra se corre desde fines de diciembre hacia principios de enero.