Luego de tocar el récord de casi 117 kilos anuales por habitante a mitad de 2013, el consumo de carnes en la Argentina comenzó a retroceder debido a la fuerte alza en los precios internos de esos alimentos. Según datos oficiales, transcurrido el primer trimestre de este año la ingesta promedio de carne vacuna, aviar y porcina ahora se ubica en más moderados 108 kilogramos per cápita.
La estadística del Ministerio de Agricultura da cuenta de este proceso que afectó sobre todo a la carne de pollo, cuyo consumo retrocedió casi 5% respecto del periodo enero/marzo del año pasado, y a la carne de bovinos, que se contrajo 3,5%. Diferente fue la situación para la tercera carne en importancia entre las preferidas por los argentinos: el consumo de cerdo (incluyendo los fiambres) creció en el primer trimestre un 10 por ciento.
El notable incremento de los precios entre un año y otro, así como el evidente deterioro del poder adquisitivo de los salarios, explican esta corrección a la baja del consumo de proteínas animales. En el caso de los pollos, la suba de precios fue de 53% entre los tres primeros meses de este año e igual lapso de 2013: a nivel mayorista el kilo pasó de 8,05 a 12,33 pesos. Esto puso freno repentino a la veloz carrera ascendente de la industria avícola, cuya producción creció en la última década un 171%. Gracias a ello, puso pasar de proveer 18,4 kilos anuales por habitante a casi 40 kilos. Luego del parate de marzo, ese indicador se ubicaba en 37,1 kilos.
Pese a que las exportaciones son prácticamente inexistentes, con apenas 5% de la producción total, la carne vacuna tampoco anda de parabienes en el mercado doméstico. Es que el consumo interno promedió 60,48 kilos anuales por persona en el primer trimestre, contra 62,5 kilos del comienzo de 2013. El descenso fue de 3,5% y aquí también tuvo mucho que ver la escalada de los precios al consumidor. Según un índice de precios minoristas de la media res elaborado por Agricultura, con base 100 en enero de 2011, en marzo la carne alcanzó los 201 puntos. Es decir, ya vale el doble que hace tres años y sale 37,6% más cara que en los primeros tres meses de 2013.
La carne de cerdo también subió fuerte, desde unos 7 pesos por kilo vivo de capón el año pasado a más de 10 pesos en la actualidad. De todos modos, este aumento no se reflejó en una contracción del consumo doméstico de ese alimento, que viene creciendo sin pausa desde hace tiempo. Si hace veinte años cada argentino comía 5 kilos de carne porcina al año, en 2013 cerró con el récord de 10,3 kilos. Esa tendencia se mantuvo en el primer trimestre de 2014, ya que el consumo creció en ese lapso de 9,48 a 10,37 kilos, cerca de un 10%.
Con esta morigeración del consumo interno de carnes, la Argentina regresó a los niveles que tenía en 2012, cercanos a los 107 kilos anuales per cápita. Así, solo por unos escasos meses duró el sueño de igualar al país del mundo que más consume este tipo de proteínas: Estados Unidos, con 120 kilos anuales per cápita.