La mayor parte de los pronosticadores estiman la llegada inminente de El Niño. Este fenómeno climático se daría a partir de mediados de año.
Caracterizado por sus elevadas temperaturas en el centro y este del Océano Pacifico, impacta claramente en el clima en muchas partes del mundo.
Fuertes precipitaciones con inundaciones, muchas veces impredecibles, podrían afectar buena parte de las mejores áreas agrícolas del mundo. Así los cultivos sobre todo de verano quedarían muy afectados en el hemisferio norte.
Con esta información más los problemas climáticos que ya viene sufriendo la región agrícola de EE.UU., el alerta ha comenzado a sonar en los mercados de commodities agrícolas.
Y los fondos se disponen a tomar acción.
El clima húmedo y frío que registra este país permite prever un considerable retraso en las siembras, principalmente del maíz, aunque también de la soja.
Las precipitaciones verificadas en la segunda quincena del mes, para la región que se extiende entre Nebraska y Michigan, supera tres veces la normal para este período del año.
Además, es probable que El Niño golpee la producción de las oleaginosas en el sudeste asiático y particularmente en India.
Por el momento, ha habido inconvenientes en las compras por parte de China. Sin embargo se prevé que la situación de adquisición por parte de los importadores chinas irá normalizándose.
Los fondos tienen, a su vez, posibilidades de acentuar su comportamiento demandante y, en vista del cuadro, no deberíamos descartar una actitud más agresiva que haría fluctuar los valores con mayor agudeza.
Es interesante resaltar las palabras de John Baffes, economista del Banco Mundial, quien sostiene que si tenemos un año afectado por El Niño, los precios de los alimentos podrían crecer cerca de un 15%.
Para pensar… ¿no?