Los altos precios de la soja en Chicago, donde el jueves tocó el tercer máximo consecutivo para el contrato más cercano (u$s 562,8 la tonelada aunque terminó la última jornada hábil de la semana pasada en u$s 556), están lejos de replicarse en el mercado local.

En plena cosecha, que antes del fin de semana de Pascua había completado el 21% del área sembrada, las cotizaciones para la soja local se ubican en el rango de u$s 310 a u$s 313 la tonelada. Es un nivel que los analistas consideran atractivo, dado que supera en 4% las cotizaciones del año pasado.

Las razones hay que encontrarlas en que las alzas en Chicago responden a cuestiones puntuales de Estados Unidos. No hay un problema de oferta global de soja, sino que solamente en los fundamentals de los estadounidenses (con exportaciones récord este año y datos de industrialización de soja en marzo muy por encima de lo que esperaba el mercado), están terminando la campaña agrícola 2013/14 con los stocks de oleaginosa más ajustados de los últimos 10 años.

Eso hace que los fondos especulativos tomen posiciones en los futuros más cercanos que cotizan en Chicago, que sirven a la vez para tentar a los productores norteamericanos a que se vuelquen a sembrar más soja para recuperar stocks, a pesar de que implantar más poroto pueda significar una reducción del área destinada al maíz. La primera aproximación a la intención de siembra de la próxima cosecha gruesa en EE.UU. se conocerá hacia mediados de mayo, por lo que los analistas creen que Chicago puede mantener la tendencia alcista que viene mostrando en las últimas semanas, que hace que la oleaginosa valga 20% más que a principios de año y que permitió al contrato mayo 14 quebrar tres días seguidos su nivel más alto desde que comenzó a operar. Y consideran que la meta a quebrar para el contrato más cercano en Chicago se ubica en u$s 593,8 la tonelada. Ese fue el valor más alto para un contrato cercano (fue la posición julio) durante 2013.

Anoche, en la rueda electrónica de Chicago, la soja mayo volvía a escalar y operaba a u$s 559 la tonelada.

Más allá de lo que sucede en EE.UU., la expectativa local está puesta en lo que harán los productores en las próximas semanas. Hasta el momento, se calcula que han vendido el 25% de la cosecha (unas 13,4 millones de toneladas), estimada en torno a 54 millones de toneladas. Eso permitió una fuerte alza en la liquidación de divisas y mucho movimiento en el principal polo agroexportador del país, Rosario, donde en los 3 días hábiles de la semana pasada hubo un promedio de más de 6000 camiones ingresando a la zona.

En la comparación regional, los productores locales están bien lejos de las toneladas vendidas por sus pares de Brasil, Paraguay y Uruguay, que hacia mediados de abril ya se habían desprendido de entre el 60% y 70% de su cosecha de soja.

La pregunta del millón es qué van a hacer los productores locales cuando se hayan desprendido del 30% o 35% de la cosecha, indicó el analista José Frogone de la corredora de granos Cortina Beruatto.

Sobre el poco contagio de las subas externas en los precios locales, recordó que el año pasado, cuando en la posición julio 13 marcaba máximos en Chicago, los valores locales no acompañaron con furor el ascenso y enfatizó que los precios máximos para la soja local llegaron hacia fines de la campaña (fines de enero, principios de marzo pasados) antes que ingresara la nueva cosecha y cuando desde el Gobierno se cargaba contra los productores por entender que se estaba reteniendo soja para escatimarle divisas al país.