Quizá no haya sido la razón del desplazamiento de la esposa de Alperovich como segunda de Boudou en la línea sucesoria. "Te quiero proteger de los ataques", le explicó la Presidenta. De paso se protege ella: en Tucumán, los Alperovich están siendo azotados por la tormenta del tenebroso crimen de Paulina Lebbos.

La selección de Gerardo Zamora no mortifica sólo a Beatriz Rojkés y su esposo. Los verdaderos humillados son Aníbal Fernández, Marcelo Fuentes y Miguel Pichetto, que pretendían reemplazarla. Cristina Kirchner los desdeñó a favor de un extrapartidario.

La señora de Kirchner optó por la continuidad. En la línea de Carlos y Nina Juárez, cuando no consiguió la reelección, Zamora se hizo suceder por su esposa. Él administra un sistema de poder conyugal. Igual que los Alperovich. Igual que los Kirchner. Una vez más, la Presidenta demostró que, más allá de las personas, lo importante es el modelo.