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Hace unas semanas, los países acreedores que integran el Club de París le hicieron llegar por escrito a la Argentina "comentarios" sobre la propuesta que, el 20 de enero, el ministro de Economía, Axel Kicillof, les presentó en la capital francesa.

Fuentes diplomáticas confiaron a LA NACION que si bien se desprende del documento una posición dialoguista, los acreedores expusieron sus dudas sobre la intención del Gobierno de condicionar los pagos de la deuda, estimada en US$ 9000 millones, a las inversiones que fueran llegando. Varios países pidieron que la Argentina diga si garantizará un mínimo de desembolsos por año, más allá de las inversiones que pueda atraer. Al respecto, se le preguntó al Gobierno si instrumentará una política activa para captar capitales. Varias naciones, además, insistieron en algo que el kirchnerismo rechaza: que el FMI supervise un posible acuerdo.

El equipo económico sabe que acordar con el Club de París es clave para poder volver a recibir financiamiento de la comunidad internacional en momentos en que el país necesita fondos frescos.

En la oferta que Kicillof presentó en enero pasado, el Gobierno les planteaba un primer pago parcial en efectivo y el resto en bonos condicionados a inversiones de los países acreedores.

Pero, según dijeron las fuentes a LA NACION, en el paper que el Club de París envió al Gobierno -en el que se recopilan las dudas y los pedidos de aclaraciones de los distintos países acreedores-, varios no se muestran conformes con esa fórmula: piden que la Argentina aclare, por ejemplo, si va a garantizarles un mínimo de pagos al año o si todos los desembolsos estarán sujetos a las inversiones del exterior.

Asimismo, le preguntan al Gobierno si va a implementar una política activa para atraer inversiones, ya que, en los últimos años, las trabas al giro de utilidades y los controles cambiarios golpearon con fuerza a las inversiones extranjeras.

"Están preguntando si el país va a resolver o no los problemas que hoy están obstaculizando las inversiones", explicó una fuente diplomática, con una copia del paper.

Otro punto cuestionado es el del pago en efectivo. Algunos acreedores solicitaron en el documento que la Argentina garantice un pago mayor al ofertado, sobre todo considerando que la propuesta del Gobierno no ofrecía garantías sobre el pago del resto de la deuda.

Del documento se desprenden, no obstante, las diferencias que también existen entre los países acreedores. Dado que si bien la Secretaría del Club de París unifica todos los pedidos de información en una sola carta, no todas las preguntas están hechas por los mismos países.

Dos de los más duros, aseguraron las fuentes, serían Alemania y Japón, los dos países a los que la Argentina les adeuda más dinero. El tercer acreedor más relevante es España, seguido por Italia, los Países Bajos, Estados Unidos y Francia.

Kicillof tampoco incluyó en su propuesta presentada en París la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) como veedor de las estadísticas locales y, al mismo tiempo, de la capacidad de pago de la Argentina ante un eventual acuerdo con el Club. En tal sentido, aunque no de forma unánime, varios acreedores habrían expresado abiertamente en el documento su deseo de que el organismo participara del acuerdo.

"Si bien los miembros del Club tienen sus reparos, la mayoría está dispuesta a seguir dialogando, algo que antes no se veía tan claramente", afirmó otra fuente. "La mayor preocupación que tienen los acreedores es que sea una oferta abierta, que está atada a la habilidad de la Argentina a atraer inversiones directas y capital. Si fuera una oferta cerrada, ya con un monto fijo de pagos, sería distinto", admitió.

En varias oficinas diplomáticas coincidieron en que, a diferencia de lo que venía sucediendo antes, Estados Unidos estaría mostrando ahora también una posición mucho más dialoguista con la Argentina. Coinciden, sin embargo, en que pese a la urgencia del Gobierno, las negociaciones llevarán varios meses.

"Creo que Estados Unidos va a ver primero la evaluación que hace el FMI del nuevo índice de inflación", especuló una fuente diplomática. "Después querrá ver también el reformulado índice de PBI. Con lo cual no veo que hasta junio, al menos, se logre llegar a un acuerdo", explicó.

Hasta el jueves pasado, asimismo, en el extranjero se especulaba con el viaje de Kicillof a la reunión de Ministros de Finanzas del G-20, este fin de semana en Sydney, Australia, para avanzar informalmente en las negociaciones con el Club. Si bien no estaba prevista la participación de los representantes del Club, sí estarán presentes durante las dos jornadas los ministros de economía de todos los países acreedores, además de la directora del FMI, Christine Lagarde. Pero, a último momento, desde Economía confirmaron que se decidió cancelar el viaje. En el ministerio, en cambio, no respondieron las llamadas de LA NACION para consultar sobre el paper del Club de París.

Para el Gobierno llegar a un acuerdo con el Club sería un paso fundamental para recuperar el acceso al circuito financiero internacional. Por lo pronto, hay muchos créditos bilaterales que hoy están frenados, a la espera de que la Argentina salde su deuda, de unos US$ 9000 millones, con este grupo de países desarrollados. También hay empresas que tienen inversiones frenadas por el mismo motivo.