La cosecha gruesa se perdió más del 85% y no se pudieron sembrar maíces para forraje. Entramos a un invierno sin reservas para la hacienda", dijo con preocupación a LA NACION Ariel Toselli, productor de Alta Italia, localidad ubicada a 160 kilómetros al norte de Santa Rosa, La Pampa.

Pero, paradójicamente, Toselli cuenta que viaja seguido a Rosario y observa cómo "hasta General Villegas, se desaparece por la seca y de allí en adelante hay una cantidad de agua que no se puede entender. Y lo mismo pasa en otras localidades pampeanas como General Pico y Quemú Quemú, donde viene lloviendo".

Según Toselli los departamentos afectados son los de Realicó, Trenel, Rancul y Conhelo, entre otros. "En Intendente Alvear, localidad en el departamento de Chapaleufú y a la que decimos que es la Venado Tuerto de La Pampa, porque la soja tiene rindes de 40 quintales por hectárea, la sequía hizo perder más de un 70% del cultivo. Es dramático ver productores llorando por esta pérdida", se lamentó.

"Acá hay que cuidar el stock de ganadería porque no queremos que se repita lo que ocurrió en la sequía de 2008/9 cuando de cuatro millones de cabezas nos quedamos con 2.300.000", agregó Tosellí, quien además es vicepresidente segundo de la Federación Agraria Argentina (FAA).

El dirigente señaló que frente a esta situación se vienen realizando gestiones ante las autoridades provinciales para que se decreten las declaraciones de desastres y emergencias agropecuarias.

En General Villegas

"Estamos en el rincón noroeste de la provincia de Buenos Aires. Sufrimos la falta de lluvias. Desde octubre a la fecha han caído entre 100 y 150 milímetros", dijo, a su vez, Roland Graham, asesor del CREA General Villegas.

"Los maíces de primera se perdieron, en parte se picaron y algo se van a cosechar como grano húmedo. En los últimos días, tuvimos temperaturas muy altas", agregó.

Por último, Graham señaló que "en la soja de primera en la localidad de Banderaló se empiezan a ver plantas afectadas por sequía y golpe de calor".