Con motivo de los altos costos en dólares y la correspondiente baja competitividad asociada a intensas y extendidas heladas, la producción frutícola de los valles precordilleranos ha sufrido severos quebrantos, principalmente en las provincias de Mendoza, San Juan, Catamarca y La Rioja. Así lo manifiesta un comunicado de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), que está presente en ésa como en tantas otras regiones del país. Se trata de producciones de uvas de mesa y para vinificar; aceitunas, almendras y frutas de carozo, tales como duraznos, pelones, ciruelas y damascos.

Otras especies, como peras y manzanas, tienen floración y fructificación en fechas diferentes, razón por la cual pudieron escapar al efecto de las heladas.

La situación dscripta explica el alto precio de los productos alcanzados por esas producciones en los varios sistemas de comercialización existentes en el país, principalmente en las grandes ciudades.

Otros hechos cambian las perspectivas: por ejemplo, la disminución de las exportaciones de uvas de mesa, que descendieron de 42.821 toneladas en los primeros diez meses de 2012 a 27.723 en igual período de 2013.

Otra medida de la crisis regional se advierte en la cosecha de uva en San Juan, donde la variedad Red Globe estaba prevista en 7,71 millones de kilos, que se redujeron a sólo 877.000. Y también en la cosecha de ciruela, que de los 2,9 millones de kilos se redujo a 70.500.

Por su parte, la economía olivícola concentrada en esas cuatro provincias, afectada desde hace varios años por problemas económicos y estructurales, sufrió también las heladas de mediados de abril pasado, que, según estimaciones, redujeron la producción a la mitad de lo previsto.

En este nuevo escenario con ingresos devastados se reducirán los trabajos de poda, riego, fertilización, control de plagas y otros, que trasladarán la próxima cosecha plena a 2015, con un intervalo que dejará a muchos productores sin otra opción que cerrar y desmantelar sus explotaciones.

Mientras tanto, en las condiciones actuales, el auxilio financiero del gobierno nacional o de las provincias parece poco viable. En Mendoza, la gran provincia cuyana, los daños causados por las heladas afectaron las uvas para vinificar, que constituyen una verdadera riqueza nacional por su cantidad y calidad, y también las uvas de mesa, que en parte fueron convertidas en pasas de uva. Asimismo, perjudicaron la producción de los mencionados frutos de carozo.

Lo ocurrido con estos productos confirma que hay que observar el clima cada vez con más detenimiento y respeto.