En el mercado internacional vemos que sólo la soja mantiene niveles de precio elevados, mientras el maíz y el trigo han tenido un marcado descenso respecto a los precios de meses anteriores. El pico de oferta de maíz en EEUU deprimió mucho los precios, pero el mercado está ignorando las señales de activa demanda a estos precios, que en algún momento se harán más firmes. En trigo, donde la demanda no es tan activa tenemos precios más débiles. En tanto el mercado de soja, que sigue mostrando niveles de stocks bajos, y una demanda muy activa siguen mostrando firmeza.
Al traducir estos elementos al mercado local vemos que mientras la soja sigue teniendo una clara relación con los parámetros externos, el maíz y el trigo se han divorciado. En el caso del maíz porque los productores no están dispuestos a aceptar precios tan bajos por su mercadería, reduciendo marcadamente las ventas. En cosecha vieja se había vendido mucho cuando los precios eran más altos, y de la nueva, falta mucho tiempo todavía para que se haga necesario vender, por eso el atraso por lo pronto no preocupa. Pasando al trigo, la caída de producción ha llevado a que la cantidad de mercadería alcance a cubrir sólo una pequeña porción del mercado potencial de exportación a Brasil, mientras que el mercado interno que quedó desabastecido el año pasado, este año debería estar más tranquilo, pero con productores que van a intentar retener su mercadería lo más posible esto nunca se termina de dilucidar.
Ampliando estas cuestiones es interesante comenzar por el elemento que acapara la atención del mercado en el corto plazo, que son las perspectivas productivas de soja Sudamericana. En el caso de Brasil las lluvias han ido llegando, y el período más complejo para la definición de rindes ha sido superado con éxito. Esto nos hace pensar que su producción estará en el rango alto de las proyecciones, aproximándose seguramente a las 90 mill.tt. y explica por qué los valores de la soja nueva en Argentina no logran volver a la zona de los 300 U$S/tt.
En el caso de nuestro país, las lluvias hasta aquí han llegado en el momento justo para evitar problemas mayores, pero se ubicaron por debajo de lo normal en el mes de diciembre. En virtud de ello la soja ha logrado tener un desempeño relativamente bueno. Pero las reservas de humedad son escasas, especialmente en el centro y sur de la zona de cultivos, y las temperaturas han vuelto a subir, generando nuevamente preocupación en los productores. Dado que hay lluvias pronosticadas comenzando el lunes, haciéndose más importantes en el centro del país el martes y volviendo el jueves, hay esperanza para una parte importante de la zona productiva, pero debemos esperar para ver si las precipitaciones finalmente llegan y logran apoyar a los cultivos.
En el caso del maíz la falta de lluvias y los calores de diciembre fueron un inconveniente más importante, ya que habrían afectado a los maíces de primera en floración. De todas formas, dado que en algunas regiones se dieron lluvias, y por otro lado la proporción de maíz tardío creció mucho este año resulta difícil dar un veredicto final para la producción.
El otro elemento que el mercado viene siguiendo de cerca es la fortaleza de la demanda. Esta se nota especialmente en soja, donde la presión compradora sobre EEUU no cesa, y ya se ha comprometido más del 90% del saldo exportable estimado por el USDA para su país, faltando ocho meses de campaña comercial. En el caso del maíz ocurre algo similar, pero con guarismos no tan elevados. Están cercanos de todas formas al 80% del saldo exportable tomado. Los elementos que podrían moderar esta cuestión son las posibles cancelaciones de parte de China tanto en soja, pensando en que cambiarían origen de la mercadería a Sudamérica si la logística es razonable y los productores venden, y en el caso de maíz por los problemas relacionados a la contaminación con materiales transgénicos no aprobados en China.
De todas formas el mercado externo en el caso del maíz sigue enfocado en la gran producción norteamericana. De hecho cada vez que los precios suben atentos a la activa demanda que mencionamos antes, los productores norteamericanos aprovechan para vender y la presión de la mercadería física empuja los precios a la baja, poniéndole una limitación a la suba de precios. Desde otros países del mundo, los valores más bajos de maíz ya han generado una menor siembre, pero mientras EEUU cuente con abultadas reservas esto no será una cuestión que se note en las cotizaciones de Chicago.
A futuro, el problema podría venir cuando se analicen las perspectivas para la campaña nueva del hemisferio norte, especialmente en EEUU. La relación de precios entre soja y maíz que normalmente debería estar en 2,2 a 1 hoy se ubica en 3 a 1 para los meses de cosecha nueva. Esto favorece claramente a la oleaginosa, y se espera que haya una caída de área de maíz y un aumento en la de soja. Descontando que el USDA tome proyecciones de demanda similares a las que mantenía el año pasado para el nuevo ciclo, y rindes tendenciales, deberíamos ver en los primeros balances de oferta y demanda un ajuste a la baja de los stocks moderado para maíz, llevando los mismos a niveles levemente por debajo del promedio histórico, mientras que los de la soja superarían ampliamente esa marca, generando un mercado estable a positivo para maíz y negativo para la soja.
Basándonos en esa cuestión creemos que es buena política aprovechar el mercado climático Sudamericano para vender la soja que se estime será necesario comprometer en cosecha. El resto de la misma corre el riesgo de no ver precios más altos en dólares por tonelada por el aumento de oferta, pero como restaría ver el clima en EEUU y el comportamiento de la demanda, no parece buena idea apresurarse demasiado con las ventas. Lo que si sería recomendable es realizar compras de PUT para generar una red de seguridad por si finalmente los valores descienden. La recomendación es tomar los mismos sobre mayo con la idea de luego pasarlos a noviembre al vencimiento de los mismos.
En el caso del maíz la caída en Chicago ha sido muy grande, pero la misma no se trasladó totalmente al mercado local. En el caso del maíz disponible, porque el grueso de la mercadería se vendió en cosecha, quedando un remanente menor que es necesario para el consumo forrajero. Esto junto con la reticencia a vender a precios más bajos ha hecho que el precio local se mantuviera relativamente firme versus lo que ha pasado en Chicago. Sin embargo es un poderoso llamado de atención en el sentido de que si Chicago tiene un ajuste negativo muy fuerte, el precio local puede caer menos, pero resulta difícil lograr que se sostengan valores elevados totalmente desajustados de la realidad internacional, a menos que ocurra algo similar al desmanejo de trigo de la cosecha 2012/13, donde la exportación terminó comprando mucho más que lo que el saldo exportable sugería, por una combinación de problemas productivos y políticas comerciales desacertadas de parte del gobierno.
Pasando justamente a trigo, en el mercado internacional varios países calve han tenido producciones muy elevadas, generando un mercado bajista. Sin embargo en el caso de Argentina, la apuesta productiva fue muy baja, y el clima generó complicaciones productivas, que nos llevan nuevamente a contar con un saldo exportable muy bajo para el año próximo. El mismo fue determinado por el Ministro de Agricultura en sólo 2,5 mill.tt., menor incluso a las 3 mill.tt. del año anterior.
Sin embargo como solo se autorizaron exportaciones por 500.000 tt en momentos donde hay 1,2 mill.tt. Compradas por la exportación, y este sector cuenta con ROE VERDE (permisos de exportación) prorrogados del año pasado por unas 1,4 mill.tt. el mercado no se inmutó frente a los anuncios. Es que los compradores ya tienen el trigo comprado y ven en el anuncio del Ministerio que lo que podrían comprar adicional a eso es menor, e incluso que por el ritmo de otorgamiento de los permisos de embarque, pasará mucho tiempo hasta que se deba salir a buscar la mercadería vía precios más altos.
En tanto el consumo interno sabe que quedará suficiente mercadería en manos de productores y el circuito comercial para abastecer sus necesidades. La pregunta es si les será sencillo acceder a las mismas, por la reticencia del productor a vender.
En el centro y norte del país donde la cosecha de trigo fue magra, habría poco cereal para retener. El trigo estará en el sur, por lo que nuevamente habrá mercados segmentados geográficamente.
Los temas que desarrollamos en mayor extensión en esta oportunidad son:
Señales de firmeza en la demanda internacional
Las exportaciones norteamericanas están en el caso de maíz casi en 80% del objetivo marcado por el USDA para todo el año y las de soja casi en el 100%. O vienen cancelaciones o hay que aumentar la proyección de demanda.
Perspectivas para campaña nueva de EEUU
Los altos precios de la soja respecto al maíz podrían llevar a mayor siembra de la oleaginosa, menor de maíz y por ello a que los stocks de soja suban, cayendo los de maíz. Esto es importante porque al momento en que se coseche en Argentina el mercado estará observando las tendencias de oferta y demanda del nuevo ciclo
El clima en Argentina comienza a preocupar. Si bien hasta inicios de diciembre el clima se mostraba relativamente benigno para los cultivos, en las últimas semanas las lluvias han sido escasas y el calor ha aumentado, estresando a los cultivos e impidiendo la siembra de segunda. Si bien hay pronósticos de lluvias para la próxima semana en el centro y norte del país, los registros serían menores y las temperaturas elevadas, haciendo que la incertidumbre se mantenga.
El siguiente artículo fue escrito por Dante Romano para el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral (CEAg). Romano es especialista en comercialización agropecuaria, Consultor y Analista de Mercados Agropecuarios