La marcha de la economía del país volvió a ser el tema de preocupación para la gran mayoría de los argentinos. Lejos de los tiempos de bonanza, la incontenible escalada inflacionaria, un dólar en alza constante y la estrepitosa caída de las reservas del Banco Central condimentan un escenario de incertidumbre y dudas. Tanto, que el 75% de la gente considera que “va por mal camino” y más de la mitad prevé que la situación va “a empeorar” en los próximos meses.
Los datos surgen de una encuesta realizada por Managment & Fit, que consultó a 1.600 personas en forma telefónica y presencial en los principales distritos del país. En el sondeo, tres de cada cuatro entrevistados coincidió en que la economía va por mal camino. Fue en el marco de una semana sumamente adversa para el modelo económico del Gobierno, con una suba del dólar blue (trepó $ 1,15) y una incesante caída de reservas que dejó, por primera vez desde noviembre de 2006, cuando Néstor Kirchner, al Banco Central con menos de 30 mil millones de dólares en sus arcas.
Todo, en un contexto inflacionario grave: con un costo de vida del 28,3% en 2013 (según consultoras privadas), el salto del 3,38% que se produjo en diciembre plantea un escenario complicado de cara al futuro: economistas ya estiman un piso de inflación de 3,5% para enero y de 40% para todo el año.
Esos números bien explican que la inflación ya le pise los talones a la inseguridad en el ranking de los temas que más le preocupan a los argentinos.
Los sigue de cerca un tema emparentado a tiempos de aún más inestabilidad y que crece día a día: el fantasma del desempleo.
Lo que configura un reflejo de que la economía se ha transformado en la mayor inquietud de la gente.
A su vez, la aceleración de la inflación en los meses previos a las discusiones paritarias propician un clima extra de tensión. Por caso, el titular de la CGT Azopardo Hugo Moyano ya situó el piso de aumento en un 30%, mientras que desde otros sectores del sindicalismo opositor reclamaron que negociaciones trimestrales.
En ese contexto, las proyecciones que hace la gente sobre el rumbo económico del país tampoco son altentadoras.
Casi el 55% de los encuestados cree que la situación va a estar peor y cerca de un 30 por ciento considera que va a estar igual que ahora. Sólo un 12 por ciento augura una mejoría.
En ese marco, también se alinean las expectativas individuales: casi la mitad piensa que su situación económica personal va a estar peor; y sólo un 14 por ciento confía en que sus finanzas mejorarán.
Las señales que se envían desde el Gobierno no ayudan para romper con tanto pesimismo. El plan para combatir la inflación parece haberse limitado a un nuevo acuerdo de precios -sólo en Capital y Gran Buenos Aires- que, a casi dos semanas de su lanzamiento, muestra serias falencias, con faltantes de muchos productos en las góndolas y límites de compra que imponen los supermercados en algunos rubros.
Tampoco contribuyen los discursos de ocasión de los funcionarios. Como la aparición del jefe de Gabinete Jorge Capitanich -uno de los políticos con peor imagen según esta misma encuesta- quien el mismo día en que el dólar paralelo arañó los $ 12 y en un contexto de un incremento cercano al 18% en lo que va del año, salió a negar el cepo cambiario y señaló que “hay un mercado libre” y existen “las transacciones que se tienen que hacer”.
Con todo, el crédito al Gobierno nacional luce muy erosionado.
Y la forma de gestionar de Cristina parece haber tocado fondo, con apenas un 27% de aprobación y un rechazo del 66 por ciento. Un abismo con 2011, cuando obtuvo más del 54% de los votos en un momento económico muy distinto, en el que, por ejemplo, sólo el 7% de la gente señalaba a la inflación como un tema de preocupación.