La falta de humedad y las altas temperaturas en el noreste argentino redundaron en rindes muy bajos para el girasol, resultando en una cosecha prevista de 2,5 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. En el panorama mundial, se esperan resultados récord para la oleaginosa, tanto en Rusia como en Ucrania.

En lo que el MINAGRI definió como la segunda peor campaña de siembra de girasol en 40 años, el clima no viene acompañando al cultivo en la mayor parte del país, y los resultados de la cosecha se revelan muy bajos.

En un escenario de 1,25 millones de hectáreas sembradas según el organismo, lo que significaría una caída interanual del 25%, o de 1,48 millones de hectáreas implantadas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, es decir, una merma interanual del 16%, se está viendo cómo la falta de humedad y las altas temperaturas en las etapas críticas perjudicaron al cultivo en el noreste argentino, donde la cosecha está muy avanzada.

Se han perdido más de 17.000 hectáreas en el NEA, y sobre el 62% del área cosechada, se obtuvieron apenas 12,2 quintales por hectárea. Puntualmente, en Formosa, la trilla finalizó con rindes de apenas 7 quintales. En el centro-norte de Santa Fe, la siembra fue tardía, concentrada en octubre, con lo cual se espera que a principios de febrero se generalice la cosecha. Con el 14,3% recolectado, el rinde promedio es de 21,5 quintales por cada hectárea y se registra un rango de entre 15 y 22 quintales. Así, a nivel país, el retraso de la cosecha es de 2,3 puntos porcentuales. Se ha recolectado el 10,5% del área y el rinde es de 13,5 quintales por hectárea.

Excepto en el sudeste bonaerense, la falta de humedad está perjudicando notablemente a los cultivos. Así, en el norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires, el 80% de los plantíos se encuentra en floración y la condición es de regular a mala. En el sudoeste de Buenos Aires y sur de La Pampa, dos tercios de la superficie están en floración, con similar condición.

Los lotes más afectados son los que están en la etapa de llenado de granos (es decir, aquellos que fueron sembrados tempranamente). Sólo en el sudeste existen todavía posibilidades de obtener rendimientos normales, en cultivos que se encuentran en etapa de botón floral.

La Bolsa estima una cosecha de 2,5 millones de toneladas, es decir, entre 30 y 35% menos que en la campaña pasada, para lo cual, en lo que resta recolectar, se debería registrar aproximadamente un rendimiento de 18,5 quintales por hectárea.

La realidad es que la superficie sembrada es la más reducida de los últimos 40 años, con un recorte de aproximadamente el 20% respecto de la cosecha anterior. Los rindes promedios pueden alcanzar entre 15 y 15,5 quintales por hectárea, lo que representa unos resultados entre 20 y 25% menores a los del año previo.

Esta situación impacta fuertemente en toda la cadena de girasol, y disminuirá los incentivos para la próxima campaña, ya que afecta a todos los eslabones. Pueden esperarse un menor volumen de molienda, aumentos de costos industriales, menor inversión en desarrollo genético y mayores problemas en la comercialización.

Además, la mayor parte de la producción se destinará al mercado interno, sin excedentes para la exportación, lo que significa un menor ingreso de divisas. Al igual que con el trigo, los precios tenderán a subir.

El Informe del USDA de enero

El USDA consigna pocas novedades en el mundo respecto de diciembre de 2013, apenas un aumento en la estimación de las producciones mundiales de girasol y soja, que daría una oferta total de las siete principales semillas oleaginosas un 0,7% superior. Este incremento no se refleja en la molienda, relativamente estable, por lo que no hay cambios significativos en el total de los aceites producidos.

En comparación con el informe de diciembre, el informe consigna una producción de oleaginosas que se aproxima a los 506 millones de toneladas, que implica una suba (es decir, un cambio en la estimación mensual) de 3,6 millones de toneladas, para la cual soja y girasol aportan, 1,89 y 1,25 millones de toneladas, respectivamente. El crushing del total de oleaginosas permanece sin cambios, por lo que se acumulan stocks de manera clara y evidente. Así, para el caso de la soja, los stocks finales crecerán 1,72 millones de toneladas, prácticamente el crecimiento de la producción, en tanto que para girasol, lo harán en 610.000 toneladas, la mitad del aumento esperado en la producción (se ve aquí el efecto del aumento en el comercio de aceite). 

Comparando con la campaña 2012/13, la producción de girasol crecerá 7,3 millones de toneladas, hasta alcanzar los 43,7 millones. Para el USDA, la oferta argentina disminuye en 400.000 toneladas y se lograrían 2,7 millones. Por consiguiente, todo el aumento mundial del 20%, está justificado por el incremento del 31% en la oferta de nuestros tres principales competidores del Hemisferio Norte. Los crecimientos individuales serán del 39, 28 y 24%, para Ucrania, Rusia y la Unión Europea, respectivamente.

Precios y mercados

Según datos actualizados al día de ayer, el precio del aceite en Rotterdam declinó un 1,6% de promedio mensual en diciembre, y continuó cayendo hasta los 920 dólares por tonelada para enero de 2014. En los contratos de febrero, presenta descuentos del 2,6%, con respecto a los aceites de soja y canola.

Para el aceite de girasol, el promedio de diciembre, en Rotterdam, fue de 982 dólares por tonelada, con una caída mensual del 1,6%. Los de canola y soja, también bajaron 1,3 y 0,8%, respectivamente.

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