Decidido a mejorar el ingreso de divisas vía exportación, el Gobierno lanzó ayer un plan para ampliar y diversificar los destinos de sus principales producciones, con el que buscará que las ventas al mundo crezcan 32% en los próximos dos años. El plan busca que las ventas al mundo lleguen a u$s 94.000 millones este año y superen los u$s 101.000 millones en 2015.

Y para lograrlo, las autoridades deberán mimar, o al menos tomar en cuenta algunas de sus demandas, al campo, el sector con el Gobierno está fuertemente enfrentado desde el conflicto por las retenciones móviles, en 2008.

Eso porque buena parte de las cadenas de valor que se fijó fortalecer son agroindustriales (ver aparte), que en los últimos años sostuvieron con creces el comercio exterior, y ayudaron a mantener el superávit comercial, y que el año pasado sufrieron pérdida de competitividad como consecuencia de restricciones a las exportaciones, retenciones y tipo de cambio planchado. Para esta campaña, agrícola, el Banco Central estima una producción total de 109,6 millones de toneladas, buena parte de las cuales tendrá destino internacional.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el ministro de Economía, Axel Kicillof; su par de Industria, Débora Giorgi; y el canciller Héctor Timerman, encabezaron encuentros primero con representantes de las provincias y luego con 73 representantes de cámaras sectoriales a los que quieren incluir en el Programa de Aumento y Diversificación de las Exportaciones (Paex).

La meta es abrir mercados en 24 países, con 262 sub-partidas, es decir productos argentinos para los que el Gobierno busca generar una serie de acciones para promocionarlos e incentivar la penetración en determinados mercados, expuso Kicillof.

En la búsqueda de cumplir esos objetivos, el Gobierno tiene pensado financiar inversiones productivas mediante distintos programas, a la vez que discutirá con cada cadena de valor las particularidades sectoriales y las medidas de apoyo que dotar de una mayor perfil exportar a las producciones elegidas.

Kicillof, además, anticipó que habrá una revisión de diferentes derechos y reintegros a la exportación. Ese es desde hace meses uno de los reclamos de varias cadenas de la agroindustria, como la de la carne bovina, que tuvo en 2013 la peor performance exportadora desde la crisis de la aftosa de 2001, dado que las restricciones oficiales, el tipo de cambio y las retenciones socavaron la competitividad del sector.

Justamente la cadena de la carne será de las primeras en comenzar a evaluar esos aspectos. Para el lunes, por la mañana, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, convocó a la mesa nacional de ganados y carnes. Entre los convocados estarán productores, consignatarios, frigoríficos y exportadores. Casamiquela incluyó en la invitación a las cuatro gremiales del campo (SRA, FAA, Coninagro y CRA), que hasta última hora de anoche no habían contestado el convite.

También para la semana próxima, los exportadores cárnicos tendrán un encuentro en la Cancillería. Mario Ravettino, del consorcio ABC (frigoríficos exportadores) manifestó que devolverle competitividad a la industria es fundamental para mejorar las ventas al mundo.
El desafío es doble porque tenemos que abastecer la mesa de los argentinos y generar los saldos exportables de un producto muy requerido a nivel internacional, comentó.

De los anuncios en la Casa Rosada, junto a Kicillof, Giorgi y Timerman también participaron Marcos Meloni, de la Fundación Proteger; y Gerardo Venutolo, de Adimra.