Ni el silencio inicial de Cristina ni la teoría oficial sobre la planificación de los saqueos ni el baile con Moria Casán en la fiesta con músicos y actores en Plaza de Mayo parecen haber contribuido para frenar el incremento delmalhumor social.
Si había una estrategia pensada para amortiguar el impacto, esa estrategia fracasó: la Presidenta termina el año con una fuerte caída en su imagen y en la de su gobierno. La rebelión policial, los once muertos y el manejo de la crisis ubican a Cristina en uno de sus peores momentos, sólo comparables con la época de la pelea con el sector agropecuario y con los meses previos a la muerte de Néstor Kirchner.
La curva descendente, atribuida en gran medida al crecimiento de la inseguridad y de la inflación, no es nueva, pero sorprende que la tendencia se haya profundizado tanto y en tan corto tiempo.
Definitivamente, la irrupción de los focos de protesta en las provincias terminó de enterrar la idea que sobrevolaba en círculos políticos de que la enfermedad y la posterior licencia de la Presidenta la preservaban de los eventuales errores que pudieran cometer sus ministros o Amado Boudou.
La desaprobación de la gestión cayó más de 10 puntos de noviembre a diciembre y trepó casi hasta el 60% y los niveles de aprobación bajaron del 42 al 30%.
La imagen personal de Cristina también retrocede 14 punto s: sólo un 27,9% habla bien de ella (contra el 42,3% del mes anterior). La imagen mala sube del 30 al 38.
Aunque archivado tras el cachetazo electoral, el sueño de la re -reelección se volvería una utopía: más del 70% de la gente dijo que no estaría dispuesta a apostar por Cristina. Es otro dato que refleja qué estaría pensando la población sobre el rumbo por el que transita el segundo mandato, cuando no está tan lejos en el calendario el histórico 54% con el que obtuvo la reelección. El rechazo a aquella iniciativa –nunca blanqueada por la mandataria pero alentada por pesos pesado de la administración– alcanza el 72,6% y es el punto más alto en lo que va del año.
Los números se desprenden de una encuesta nacional elaborada en exclusiva para Clarín por la consultora Management & Fit. El sondeo se realizó entre el lunes y el jueves pasados, en el pico de violencia de los saqueos, y fueron entrevistadas 1600 personas en forma telefónica y en sus domicilios.
La gente no sólo condena la reacción de la Policía sino que responsabiliza a la administración nacional por el manejo del conflicto. El 57,3% la acusa de no haber manejado con acierto la situación que nació en Córdoba y que luego se propagó velozmente a otras 19 provincias. Sólo el 27% elogió la actitud el Gobierno. La primavera de Jorge Capitanich, el jefe de Gabinete, también estaría por entrar en una etapa gris. El 30,1% de los consultados por M&F l o acusó de manejar mal o muy mal el conflicto con las fuerzas policiales.
El 40,2% calificó su intervención como “regular” y el 15% la elogió.
La imagen de la Presidenta se ve afectada por un sector importante que la acompañó con su voto. El 43,9% de quienes admitieron haberla elegido en 2011 se muestran arrepentidos. A favor de Cristina: su núcleo duro, cerca de la mitad de aquel 54%, está dispuesto a votarla contra viento y marea.