Sucede que, el mercado – con la cosecha nortamericana a punto de concluir – toma como dato, un nivel de producción de 88 MM toneladas de soja y 355 MM toneladas de maíz para dicho país.Esto, nos permiten concluir que el primer desafío en materia productiva, fue superado sin mayores sobresaltos, logrando consolidar un volumen que, a priori, tildábamos de optimista. Ahora bien, los precios nunca aflojaron. Es que la demanda de granos, lejos de relajarse, mantiene una vigorosidad que no deja de sorprender. Este es el punto, donde hoy en dia, tiene puesta la mirada el mercado, dado que, aun restan un tiempo para comenzar a definir rendimientos en Sudamérica, y hoy nos basta con monitorear la evolución de siembra. Veamos algunos detalles de la demanda:
En soja, Estados Unidos estima exportar 39,5 MM toneladas de soja, y transcurridos solo tres meses de su ciclo comercial, lleva vendidas 36,7 MM toneladas. En otras palabras, en solo un trimestre, Estados Unidos, ya comprometió el 93% de lo que estima vender en todo el ciclo. Esto, sumado a los datos de molienda - que también muestran singular fortaleza-, han permitido que las cotizaciones no pierdan terreno. Las cifras son tan imponentes que nos obligan a plantearnos al menos dos interrogantes.
¿Estará China realizando compras para incrementar sus existencias cubriéndose de eventuales problemas productivos que puedan surgir en Sudamérica?. No parece. Tanto Brasil como Argentina, arrancaron con condiciones optimas, tal es así, que el primero lleva sembrado el 80% de su superficie estimada , mientras que en nuestro país, el avance esta en torno al 40%. Hoy, no tenemos “alarmas detonadas”, de todos modos, lo que suceda en materia climática en los próximos 90 días será determinante.
Haciendo uso de sus habilidades comerciales ¿Cancelara China compras más adelante, si es que Brasil no presenta graves problemas de logística? Recordemos que, la cosecha pasada – con 83 MM toneladas- les presento más de un dolor de cabeza a nuestros vecinos, llegando a tener que esperar los barcos para su carga, hasta 60 días en la cercanía del puerto. El estimado de producción para este ciclo es de 88 MM toneladas, que de concretarse, difícilmente puedan ser cargadas en forma fluida, con lo cual, esta idea pierde algo de fuerza, y se la cede a los precios.
Entonces, de mantenerse estos niveles de demanda, la realidad es que Estados Unidos, no podrá salir de su bajo nivel de existencias, y por lo tanto los precios no tendrán razones por las cuales relajarse. Es cierto que tenemos cotizaciones similares o superiores a la que fueron utilizadas para elaborar los presupuestos, y esto nos obliga quizás a ser prudentes y generar algunas coberturas. Pero, de realizarlas, deberíamos utilizar herramientas flexibles, dado que, el mercado descuenta una producción sudamericana de 150 MM toneladas, y cualquier evento que ponga en riesgo esto, será trasladado a los precios. Para abajo, el potencial recorrido con que nos podemos llegar a encontrar en materia de cotizaciones, parece mucho más corto.
En maíz los U$S 160 no seducen a nadie. Vale aclarar que es un valor que se encuentra por encima de la paridad que pueden pagar los exportadores (partiendo de las cotizaciones FOB), pero poco parece importar esto ahora. Claro está en nuestra memoria (trigo), el tremendo divorcio que puede tener el mercado local, de su referente internacional. Aquí, esperar a ver valores más atractivos, parece ser la mejor recomendación.
Concluimos entonces, que localmente los valores que vemos a cosecha, parecerían tener más razones para escalar posiciones que para retroceder. Es por ello, que vamos sacando de la mesa, el escenario pesimista de precios y poniendo en mente, que lo que suceda este ciclo en materia productiva, será lo que determine el valor del último renglón de la cuenta. Más aun, si se consolida esta tendencia de devaluación de la moneda local que vimos en el último mes (3,57%), y que nos hace soñar con un escenario de costos en dólares constantes y desestimar de una vez por todas, este gran perjuicio que le toco soportar al sector en los últimos ciclos. Aunque esto último al dia de hoy, tenga un mayor componente de deseo que de realidad.