Con 779 hectáreas en el partido de Puan, provincia de Buenos Aires, el productor agropecuario Claudio Hansen afirmó que la producción de cebada está en aumento en los campos ganaderos y su buena adaptación se verá en los próximos años.
Temas como el crecimiento de este cereal, su manejo, calidad, ecofisiología, control de plagas y malezas, entre otros, serán abordados en el IV Congreso Latinoamericano de Cebada, que se realizará a partir de mañana y hasta el 1 de noviembre, en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca.
“Es un mercado que presenta buen precio y buena demanda”, dijo Fernando Giménez, del INTA, quien preside la comisión organizadora del congreso.
De acuerdo con el técnico, el contexto actual para la cebada se presenta muy favorable: es de los cultivos que más aumentó su producción en la última década. “Pasando del millón a casi las cinco millones de toneladas en los últimos cinco años, la producción de este cultivo se ha quintuplicado, llegando a las 400 mil hectáreas, mientras que en el 2012 se alcanzaron las 1.700.000 hectáreas”, explicó Giménez.
A su vez, Hansen aclaró que “la cebada siempre presenta buena estabilidad de rinde, porque cuando se la siembra, se consigue entre un 15% y 20% más de trigo”. Como genera cobertura y biomasa, es también una buena alternativa para los neocultivos de soja.
Este año, detalló, el costo de producción de cebada por hectárea rondó los 500 y 600 pesos y, según las condiciones climáticas, en los últimos años “se han conseguido 5.000 kilogramos en promedio y una producción de 900 mil kilogramos, dependiendo de la fertilización de base que se haya hecho”. En 2012, obtuvo alrededor de 14 mil kilogramos de picado de cebada.
A diferencia del trigo, Hansen consideró que la cebada cumple un doble propósito: se vende como grano y se almacena en bolsas plásticas para alimentación de bovinos, por lo que aporta seguridad de reserva forrajera para las vacas de cría. El productor destina entre 150 y 200 hectáreas por año para semillas y variedades forrajeras para pastoreo.