Expertos en energía proponen llevar el corte de Biodiesel con gasoil al 20 por ciento y diagramar un plan similar para el Bioetanol, desgravando impuestos internos, a los fines de estimular la producción nacional y para proteger la balanza comercial. Aseguran que están dadas las condiciones en el mercado para avanzar en esta dirección

Uno de los grandes déficit que presenta la matriz energética tiene que ver con el desfasaje existente entre la oferta y demanda de gasoil, ya que el 25 por ciento de lo que se consume en la plaza proviene del exterior. Este faltante podrá reemplazarse con producción local en el mediano plazo, recién cuando se terminen de concretar las inversiones que están realizando las compañías refinadoras, principalmente YPF, en sus plantas de Lujan de Cuyo y La Plata, y Axion Energy en Campana, provincia de Buenos Aires.

Mientras tanto, para acompañar este proceso sin tener que recurrir a las compras externas, Eduardo Barreiro, licenciado en Química, consultor en temas de Energía y director de la Society of Petroleum Engineers, regional Argentina, propone aumentar el uso de Biodiesel hasta un 20 por ciento, con vistas a cumplir dos objetivos: absorber en el mercado la producción que anteriormente se exportaba  a la Unión Europea y a la vez reducir las importaciones de gasoil.

Actualmente la industria del Biodiesel se encuentra trabajando a un 40 por ciento de sus posibilidades operativas debido a la fuerte caída de las exportaciones que sufrieron las empresas como consecuencia de las restricciones comerciales que impuso la comunidad europea luego de la expropiación del Grupo Repsol en YPF.

“Hay que desgravar todos los impuestos internos del Biodiesel para que pueda ser competitivo. Me parece bien que  se le pague a los productores el valor de paridad de importación”, sugiere el experto. Apoya la idea de fomentar los combustibles que se producen en nuestro país y que agregan valor a los productos obtenidos por el sector agrario.

Lo mismo recomienda con el Bioetanol, hoy anclado en un 5 por ciento por litro de nafta. “Si en Brasil los autos funcionan con un 25 por ciento de etanol nosotros podríamos implementar el mismo corte”, plantea. Indirectamente cuestiona las críticas de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), entidad que se resiste a impulsar un proyecto con estas características.