Un estudio científico financiado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) comprobó que el consumo de yerba mate en su forma tradicional incrementa la capacidad antioxidante del plasma humano debido al contenido de sus polifenoles.
La investigación, cuyos alentadores resultados fueron dados a conocer en la reciente Jornada de Yerba Mate y Salud, se denomina “Evaluación de la Capacidad Antioxidante del Plasma Humano debido a los Polifenoles de la Yerba Mate” y fue coordinada por el ingeniero químico y Magister en Tecnología de los Alimentos Luis Brumovsky y co-coordinada por la Magister Lucila Sanchez Boado, con la colaboración de María Fretes y Vanessa Hartwig, todos de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones.
Ya en el 2008, un estudio de Luis Brumovsky reveló que las infusiones de yerba mate constituyen una fuente importante de antioxidantes, bajo la forma de polifenoles totales, o dicho de otro modo: se evidenció que la yerba mate es una fuente de polifenoles, poderosos antioxidantes que mejoran las defensas naturales del organismo y lo protegen contra el daño celular que causa que el cuerpo se deteriore y desarrolle síntomas de enfermedad. “Lo que se ha hecho ahora es una investigación para comprobar in vivo la presencia de esos polifenoles en el plasma humano”, explicó Lucila Sanchez Boado.
“Lo que investigamos fue ¿qué pasa cuando se toma mate de la forma común, de la forma que tomamos todos?, ¿cómo nos beneficia?”, planteó Sanchez Boado. “Entonces lo que hicimos fue ver, en el lapso de dos horas, qué pasaba con ese voluntario en su sangre y determinamos que los polifenoles se absorben en una gran proporción y que esos polifenoles, que sabemos que tienen capacidad antioxidante, aumentan la capacidad antioxidante de esa persona que tomaba mate”, explicó la profesional.
Pasos en la investigación
El objetivo de la investigación fue evaluar in vivo como varía la capacidad antioxidante y la concentración de polifenoles del plasma humano luego de una ingesta aguda de 300 mililitros de una infusión de yerba mate, preparada simulando el consumo de una mateada tradicional, durante los primeros 120 minutos. Para ello se trabajó con 10 voluntarios y se realizaron determinaciones de concentración de polifenoles totales y de capacidad antioxidante del plasma antes de ingerir la infusión, a los 20, 40, 50, 60 80, 100 y 120 minutos luego de la ingesta.
A diferencia de otras investigaciones, la que nos ocupa en esta oportunidad se destaca además porque se realizó in vivo. “Como bioquímica, quería saber qué pasaba in vivo, porque todos los estudios son in vitro y a veces no se puede aplicar estrictamente lo que pasa in vitro a lo que realmente está pasando en el ser humano...”, fundamentó Sanchez Boado.
En ese contexto, el equipo de investigación solicitó la autorización del Tribunal de Ética del Hospital Ramón Madariaga. “Cualquier estudio que incluya gente, donde haya una intervención con gente, debe tener ese permiso”, destacó. “El paso siguente -continuó- fue la identificación de voluntarios, quienes fueron informados de la metodología y han firmado un consentimiento. Lo primero que hicimos fue comprobar que el voluntario era sano. ¿Cómo lo hicimos? Se le hicieron análisis de laboratorio, lo vió un médico clínico, y cuando comprobamos que ese voluntario reunía buenas condiciones de salud, lo incluimos en el estudio. No entraron embarazadas, ni fumadores”.
Posteriormente, cada voluntario que formó parte de la investigación “se mantuvo 24 horas sin consumir polifenoles (una dieta blanca: no consumió café, no consumió mate ni jugo...). Luego vino al laboratorio, y al presentarse para el estudio, con la presencia de un médico y una enfermera, se lo sentó en un laboratorio en una temperatura adecuada, para que estuviera cómodo, y se procedió a extraer la sangre previa a la ingesta de polifenoles. Por otro lado, se preparó la infusión de mate de 300 mililitros, que es el correspondiente a 10 mates; el voluntario lo tomó en agudo (o sea todo junto) y a partir de ahí empiezaron a correr los tiempos y luego se volvió a extraer sangre, en repetidas ocasiones, para el posterior estudio. Esa sangre luego fue procesada y se le hicieron todas las determinaciones, y de ahí sale el resultado”, detalló Sanchez Boado.
Resultados
De esta manera, los profesionales lograron determinar que “la concentración de polifenoles totales en el plasma, luego de la ingesta aguda de una infusión de yerba mate preparada simulando el consumo de una mateada tradicional, aumenta hasta los 120 minutos”, repasó Sanchez Boado. “Se comprobó -ratificó- que el consumo de yerba mate en su forma tradicional incrementa la capacidad antioxidante del plasma humano debido al contenido de sus polifenoles”.
¿Qué significa ese resultado traducido a la salud de quienes toman mate?, preguntamos a Sanchez Boado. “Ese aumento de la capacidad antioxidante lo beneficia en el sentido de que disminuye la oxidación”, contestó. “En el organismo permanentemente se forman compuestos oxidantes o radicales libres debido a las reacciones metabólicas, infecciones, exposición a radiación solar, humo de tabaco, contaminantes ambientales, entre otros. Estos compuestos son altamente reactivos y producen daños a nivel de membrana celular, en las proteínas, también producen la oxidación de lípidos y ADN. Este exceso de radicales libres puede llevar a un estado de estrés oxidativo al cual están asociadas enfermedades cardiovasculares y otras como Alzhéimer, Parkinson y artritis.... entonces esta capacidad antioxidante hace que pueda neutralizar estos radicales libres que son perjudiciales y que son los responsables de enfermedades crónicas”, profundizó.
¿Podemos decir que el mate es un gran amigo del cuerpo? “Sin lugar a dudas, y creemos que tiene más beneficios, pero eso será tema para otras investigaciones que ya estamos definiendo”.
La yerba, fuente de antioxidantes
Una investigación realizada en el año 2008 por el ingeniero químico y Magister en Tecnología de los Alimentos Luis Brumovsky reveló que quienes consumen yerba mate en sus diversas modalidades -mate, mate cocido o tereré- incorporan al organismo una importante cantidad de polifenoles totales.
El mismo estudio determinó que de las tres modalidades de consumo en la región, el mate caliente es la manera que aporta la mayor cantidad de estos compuestos al organismo. Es decir según la forma de consumo se puede ingerir:
-Como mateada o mate caliente (I): entre 4,6 g y 5,7 g de polifenoles equivalentes a ácido clorogénico y entre 2,5 g y 3,3 g de polifenoles equivalentes a ácido gálico, cebando 500 ml de agua a 70 °C en un recipiente con 50 g de yerba mate elaborada.
-Como tereré (II): entre 1,5 g y 2,3 g de polifenoles equivalentes a ácido clorogénico y entre 0,9 y 1,3 g de polifenoles equivalentes a ácido gálico, cebando 500 ml de agua a 5°C en un recipiente con 50 g de yerba mate elaborada.
-Como Mate cocido en saquitos (III): entre 0,5 g y 0,6 g de polifenoles equivalentes a ácido clorogénico y entre 0,28 g y 0,31 g de polifenoles equivalentes a ácido gálico, considerando un peso neto por saquito de 3 g, en una infusión preparada con 200 ml de agua a ebullición.