La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó ayer que la cosecha de maíz cerró en 24,8 millones de toneladas. La Bolsa de Rosario había calculado 300.000 toneladas menos, 24,5 millones. Lo cierto es que una y otra quedaron muy lejos de la estimación que emitió días atrás el Ministerio de Agricultura, que sorpresivamente habló de 32,1 millones. La diferencia equivale a la cantidad de basura generada en Buenos Aires a lo largo de 5 años.
Hasta julio, las cifras del Estado y de los analistas privados venían parejas: se hablaba de 25 millones de toneladas de maíz. Pero faltando pocos días para las elecciones primarias, el subsecretario de Agricultura, Marcelo Yasky, retocó violentamente sus cálculos previos, añadiendo más de 7 millones de toneladas. Este fuerte incremento de la producción de maíz fue el que permitió que la presidenta Cristina Kirchner pudiese anunciar, en tono de campaña, una cosecha récord de más de 105 millones en la campaña 2012/13.
No hubo explicación oficial sobre semejante alteración de las estimaciones agrícolas. Apenas se especuló con que Agricultura de pronto añadió a sus sumas el maíz que no tiene destino comercial, pues se destina a alimentar los animales dentro de un mismo establecimiento. Resulta un despropósito equivalente a sumar el volumen de pasto que comen las vacas. En ese caso, las cosechas se multiplicarían varias veces.
Lo cierto es que la manipulación de los datos puede dar lugares a graves malentendidos. Tomando como válido el dato de 32 millones de toneladas, el subsecretario de Agregado de Valor, Oscar Ortíz, vaticinó que el país “exportará de 22 a 24 millones de toneladas” de maíz de esta campaña.
Ese volumen se acerca mucho a los pronósticos más realistas de cosecha de las entidades privadas. Muchos temen ahora que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, adopte como válida la estimación oficial y habilite permisos de exportación (ROE) de modo excesivo. Una sobreestimación de la exportación –como ya sucedió con el trigo–, podría dejar al país con escasez de maíz el año entrante.