Las exportaciones agroindustriales crecieron 6,4% en el primer semestre del año, impulsadas por la venta externa de porotos de maíz y, en segundo término, de soja.
Así lo indica un informe elaborado por el especialista y ex dirigente rural, Néstor Roulet, quien también es candidato a diputado por Unión PRO, en Córdoba. Según el estudio, basado en datos del Indec, las exportaciones del complejo agroindustrial argentino totalizaron u$s 20.050 millones en los primeros seis meses del año.
Pese a las denuncias de la presidenta Cristina Fernández a una supuesta retención de granos por parte de los productores, los números indican que, por lo menos entre enero y junio, las traders exportaron granos de maíz por u$s 4.045 millones, con un crecimiento del 59% en las divisas ingresadas por ese concepto.
Dentro de la lista, sigue en importancia por su crecimiento el poroto de soja, con u$s 1.979 millones exportados y un incremento del 40%. Si bien en cantidad de divisas generadas el aceite de soja está levemente por encima del poroto, con u$s 2.162 millones en el período, prácticamente no tuvo variación respecto de 2012. La mayor demanda china de porotos restó ventas de aceite, hecho que, en paralelo, perjudica el margen de ganancia de las gigantes de la molienda.
Al analizar los ítems con los mayores crecimientos porcentuales de exportación, se manifiesta una tendencia a la primarización de los productos que el agro envía al mundo. No se trata solamente de la soja en grano respecto del aceite, sino también, de la cebada (cuyas ventas crecieron 41.5%) contra, por caso, la leche en polvo, que cayó 26,3%. O el sorgo, cuyas ventas externas aumentaron 121% contra el biodiesel, que cayó 62 por ciento.
En cuanto a las ventas externas de biodiesel, quedaron impactadas por medidas proteccionistas de la Unión Europea, principal mercado de la Argentina, que incorporó un arancel al ingreso desde el país. Además, aumentaron las retenciones a las exportaciones del producto.
Otro de los productos con menor salida fue el trigo y su harina. En el primer caso, las exportaciones se derrumbaron en 57,4% y, en el segundo cayeron 66% por la escasez de producción y las distorsiones comerciales que generaron faltantes en el mercado local y dispararon las restricciones a las ventas externas.
También la carne pierde espacio en el mercado internacional. Sus exportaciones totalizaron u$s 162 millones en el primer semestre, en medio de un proceso de control de la exportación iniciado en 2006.