Las habituales discusiones que en cada Palermo se dan en torno de cómo evoluciona genéticamente una cabaña o una raza en particular este año abrieron paso a otro debate: después de dos años con precios estancados para la ganadería, ¿cuándo vuelve el repunte?, ¿es posible esperarlo?, ¿qué condiciones deberían facilitarlo?
En el marco de la Exposición Rural de Palermo, LA NACION les preguntó a un cabañero, dos consultores en ganadería, un empresario del feedlot y a un economista lo que desvela a todos: ¿cuánto se recuperarán los precios?
En principio, no hay un único pronóstico: algunos no vislumbran esa posibilidad en lo inmediato y otros creen que de ocurrir podría suceder entre fines de este año o principios del próximo. El panorama es incierto. Lo que sí aparece es una coincidencia central: hace falta un cambio en la política de carnes, con apertura a las exportaciones y estímulos a la producción y a la industria. Es lo que puede evitar nuevos quebrantos y liquidación.
"Más que expectativa [de recomposición de precios], hay una necesidad absoluta. La rentabilidad está al límite, tendiendo a cero, con una carga impositiva arriba del 80% y los costos por las nubes. Por eso hay una necesidad de que el kilo vivo, la invernada y el ternero recuperen su precio contra una inflación que ha sido 25/30% anual. Si eso no sucede, van a haber quebrantos en la ganadería", expresó Sebastián Rodríguez Larreta, presidente de la cabaña Santa Sergia, directivo de Angus y de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Rodríguez Larreta cree que los sistemas en producción "no aguantan más estos precios".
"Creo que en algún momento debe haber una recuperación por una ecuación muy sencilla: hoy el kilo en la góndola convalida un precio mayor del kilo vivo que recibimos. El promedio en la góndola de todos los precios no baja de los $ 40/45, sumando todos los cortes. Y eso da para pagar un kilo vivo al mínimo de $15 de un novillito de consumo [contra unos $ 10,50 a 11 en la actualidad]", señaló.
Rodríguez Larreta acerca un dato. Históricamente se dijo que el valor del kilo vivo debía ser aproximadamente la mitad del valor del asado en la góndola. Sin embargo, hoy con precios del asado que no bajan de $ 35 el kilo la brecha es mucho mayor a la histórica.
"Todos lo esperaban para marzo [al repunte de precios], pero no sucedió. Quizá suceda a partir de septiembre, sino seguramente en marzo, porque no resiste la ecuación", dijo.
Según el consultor Víctor Tonelli, con una oferta altamente concentrada en el mercado interno, que se encuentra en niveles récords, no se vislumbran por ahora razones para que mejoren los precios. Pero podría haber alguna novedad sobre fines de año o principios de 2014. Igual, dice que todo dependerá de que haya una mejora en la competitividad exportadora.
"Para el ganado gordo para faena, en la medida que no se recupere competitividad exportadora, con tipo de cambio neto más alto, la oferta disponible concentrada en un 94% en el mercado interno mantendrá bien abastecida a la demanda y, por lo tanto, no deberían esperarse subas. Hay que tener en cuenta que a los 61/62 kilos por habitante/año que se proyectan para lo que queda del año se deben sumar 40/42 kilos de pollo, 9 a 9,5 kilos de cerdo y 1,5 kilos de ovinos y otras especies, alcanzando entre 113 y 114 kilos por habitante/año de oferta total, que supera en un 13 a 14% el promedio histórico (de 100 kg por habitante/año)", afirmó.
Para el consultor, lo que ocurre con el tipo de cambio, más la devolución tardía del IVA y la obligación de vender a mitad de precios para las "baratas" de Guillermo Moreno complican el negocio. En este contexto, explica: "Con este tipo de cambio neto el valor pagado por los frigoríficos exportadores por kg de res habilitada para exportar termina siendo equivalente a $ 4,05/4,10 por kilo". Según Tonelli, si hay recuperación podría ser "hacia fin de año y principios del próximo".
Juan Eiras, director de Relaciones Institucionales en la Cámara Argentina de Feedlot, no ve un repunte en lo inmediato, pero vislumbra una situación "distinta" para el mediano plazo.
"No veo un repunte de precios de cara al cuatrimestre de mayor oferta. La oferta pastoril, tanto por heladas, como por la inundación de las islas creció estas semanas y la del feedlot comienza a volcar parte de lo encerrado en marzo. En el mediano plazo la situación puede ser distinta ante un nuevo período de baja oferta a partir del verano. Es posible que la firmeza no se detenga en los 12/13 pesos de estos dos años. Sería vital para la evolución de todos los ganaderos actualizar los valores, en un marco donde los gastos fijos y los costos de producción, pasturas granos y subproductos han tenido aumentos en estos años de más del 50%", reflexionó.
Para Eiras, en contra de la posible suba juegan los bajos precios de productos sustitutos, como el pollo en particular. En cambio, a favor actuarían la mejora del tipo de cambio, más exportaciones y una eventual apertura de Europa para el novillo de feedlot con la cuota 481.
En este contexto, para Fernando Canosa, consultor, no es posible aguardar mejoras si no hay cambios en la política económica que involucren el sector. "En la medida que tengamos la misma política económica no va a ocurrir eso. Deberíamos estar en un país previsible donde el negocio de la carne tenga posibilidades de exportación y haya integración entre el consumo y la exportación", subrayó Canosa.
Canosa sostiene que "si se es eficiente los precios no son tan malos". En rigor, para el consultor lo que complicó fuerte el negocio fue la suba de costos. "Acá el grave problema ha sido la inflación y el aumento de costos", apuntó. Añadió que el tipo de cambio también "juega en contra".
El consultor define la situación actual como "una nube negra" que hay que esperar que pase. Y aconseja: "Hay que hacer la plancha y ser más eficientes en lo que tenemos. No es buen momento para vender. No nos equivoquemos, porque cuando esto cambie tenemos que estar para aprovecharlo".