A partir de ahora Cristina Fernández y Daniel Scioli tratan de asumir ellos dos la responsabilidad de poner la cara por y para guiar los pasos de Martín Insaurralde.
El problema con el candidato de la Casa Rosada resulta, en principio insoluble: no lo conoce casi 60% del electorado y faltan menos de 120 días para que se substancien las elecciones.

Muchos encuestadores señalan el escaso conocimiento público del intendente de Lomas de Zamora. ¿Cómo podrá la gente, que no está interiorizada sobre esta nueva figura del FPV, votar al kirchnerismo?

El analista Jorge Giacobbe tiñó aún más las aspiraciones electorales del kirchnerismo, donde será central el papel que juegue la Presidenta durante la campaña. Según sus mediciones, Cristina Kirchner tiene una imagen positiva de 28 puntos a nivel nacional, un año y medio después de haber sido reelecta por el 54 por ciento de los votos.

Vistas las cosas desde fuera del ruedo político y dejando de lado preferencias ideológicas o personales, Sergio Massa le saca varios cuerpos de ventaja a Martín Insaurralde. Las razones no son tan claras como podría suponerse y sería difícil hacer un análisis pormenorizado al respecto.

Pero, a cuatro meses de los comicios, la figura del primero ha calado hondo en la gente mientras el segundo es alguien que Cristina Fernández ha sacado de la galera.

¿Por qué un año antes de habilitarse las urnas, en 1988, Carlos Menem pesaba más que Eduardo Angeloz o Fernando De la Rua más que Eduardo Duhalde, en 1999?

Sencillamente porque una mayoría de los votantes ya los había elegido por motivos muy diversos y, muchas veces, irracionales, según afirman los especialistas en análisis político y económico, aseguran los analistas de política y economía, Massot y Monteverde, en su informe semanal.

Sergio Massa goza de una situación infinitamente más cómoda que la de Insaurralde y deberá hacer menos esfuerzos que los del de Lomas de Zamora para alzarse con la victoria.

Según una encuesta que publicó el diario La Nación, Massa le lleva una ventaja de 11 puntos a la Presidenta en el distrito más populoso e importante del país. Es necesaria una aclaración: le está ganando a Cristina, no a Martín Insaurralde. A éste, que tiene un 60 por ciento de desconocimiento, lo sepultaría aún más, afirma el periodista Joaquín Morales Solá.

Massa se lleva gran parte de los sectores medios, altos y bajos, tanto del norte como del sur bonaerense. Lo poco que ha dicho hasta ahora está dirigido a conformar a esos núcleos: su negativa a una reforma constitucional, su apoyo a una Justicia independiente y su rechazo a la política de fracturas y crispaciones sociales. Sólo ha mencionado dos conflictos, la inflación y la inseguridad, que podrían generarle más simpatías entre los sectores bajos de la sociedad, porque ellos son las principales víctimas del costo de vida y del delito.

¿Insaurralde obtendrá votos tanto de la oposición como del oficialismo tal como se estima que ocurrirá con Massa? El intendente de Tigre no deberá contestar preguntas respecto de la corrupción, de Lázaro Báez, de los bolsos de Néstor Kirchner, de las contrataciones sin licitaciones y de tantos otros temas sobre los cuales Insaurralde  tendrá que responder. Aquél, con sólo hacer referencia al futuro y prometer cuanto desea escuchar el electorado, estaría en condiciones de ganar la elección. Éste, en cambio, habrá de enfrentar tres problemas dificilísimos de solucionar: cómo no quedar eclipsado por Cristina Fernández y Daniel Scioli; cómo hacerse conocer ante el gran público con tan poco tiempo, aseguran Massot y Monteverde.