SAN MIGUEL DE TUCUMÁN.- Con el dedo índice derecho levantado, les advirtió a los ruralistas que no la iban a poder "correr escondiendo parte de la cosecha". Aseguró que el país es diferente al que pintan "algunos diarios y canales de televisión", defendió a Guillermo Moreno y su "administración del comercio", mientras acusaba a los empresarios de "hacerse los tontos" ante "el cambio de paradigma" que "ya vive el mundo de hoy".
Pero al margen de embestir con argumentos conocidos al campo, los medios de comunicación independientes y el empresariado, la presidenta Cristina Kirchner utilizó buena parte de su discurso en el acto de conmemoración del 197° aniversario de la independencia nacional para atacar desde aquí a quienes en los últimos meses se han convertido en sus principales enemigos : los integrantes de la Corte Suprema de Justicia.
"Ya democratizamos el Ejecutivo y el Legislativo [.] Nos falta la otra reforma, la que queremos hacer, la de la Justicia", afirmó la Presidenta ante la multitud que ayer colmó el hipódromo de esta ciudad, y señaló a Susana Trimarco, madre de Marita Verón, sentada detrás de ella en el palco, como "un ejemplo vivo de que se necesita reformar la Justicia en la Argentina".
Ante unas 35.000 personas, acompañada por el gobernador José Alperovich; su esposa, Beatriz Rojkés; otros mandatarios provinciales, y su gabinete en pleno, la Presidenta pareció atacar a la vez a Sergio Massa, candidato a diputado por el Frente Renovador bonaerense y rival del postulante de la Casa Rosada, Martín Insaurralde.
"Que nadie me venga a hablar de seguridad si antes no me habla de reformar la Justicia", afirmó la Presidenta, en alusión al interés que el intendente de Tigre ha puesto en mejorar la seguridad ciudadana. Fue una de las escasas frases de tono electoral de la tarde (no estuvo Insaurralde, como se preveía), más allá de las continuas alusiones presidenciales a la necesidad de "continuar y profundizar el modelo" económico iniciado en 2003 con la llegada de Néstor Kirchner al poder. La otra referencia electoral fue a una oposición que "todos conocemos, porque son siempre los mismos con distintos nombres y disfraces".
"Que la Justicia no dependa de plata que le ponen. o por ahí nos enteramos de que hasta jefes de policía están presos por asociarse a narcotraficantes y protegidos por la Justicia", continuó la primera mandataria, en referencia a los jefes de la policía santafecina, donde gobierna el socialismo. "No se puede tener independencia de los intereses de la Nación y del pueblo", dijo la Presidenta en alusión al tribunal que encabeza Ricardo Lorenzetti.
"Tenemos la autoridad moral para hablar del tema: somos el único partido que no hemos puesto amigos en la Corte Suprema, a algunos ni siquiera el presidente les conocía la cara", continuó Cristina Kirchner, vestida con un tapado negro y guantes para protegerse del intenso frío del mediodía tucumano. Recordó que "también sería bueno que [los jueces] paguen impuestos" y reiteró su deseo de que "el pueblo pueda votar" a los integrantes del Consejo de la Magistratura, idea plasmada en el proyecto de ley aprobado por el Congreso y declarado inconstitucional por el máximo tribunal. Irónica, la Presidenta recordó que "cuando lo derrocaron a Hipólito Yrigoyen [en 1930], la Corte estuvo de acuerdo".
La Presidenta, además, se hizo tiempo para criticar a las "grandes potencias", a las que acusó de querer "volver a condenarnos a ser sólo productores de materias primas". Atacó a Estados Unidos, "que nos está espiando a todos", y aprovechó para tildar de "inexistente" el Proyecto X, un plan de la Gendarmería para espiar a políticos opositores, dirigentes y periodistas. "A ellos [por EE.UU.] no los critican. Claro, es más cool la CIA que un gendarme", criticó [ver en página aparte].
El largo discurso de la Presidenta en el hipódromo (duró unos 45 minutos) tuvo como permanente música de fondo los cánticos de los jóvenes de La Cámpora y el Ateneo de la Militancia, la agrupación de Sara Alperovich, joven hija del gobernador. Fue el segundo acto protocolar de la Presidenta a su llegada a esta provincia, en la que estuvo sólo dos horas en total. A las 13.30 llegó al aeropuerto de esta ciudad y de inmediato se dirigió a la Casa Histórica, en la que se declaró la independencia el 9 de julio de 1816. Allí encabezó los actos protocolares de recordación de la declaración de la independencia.
"Nadie es eterno ni lo quiere ser, lo que debe ser para siempre es la patria", dijo Cristina antes del final, en el que se abrazó largamente con Susana Trimarco.
Partió luego junto con el gobernador a conocer su último destino local: el nuevo hotel Sheraton de esta ciudad, inaugurado hace dos meses. Ya con las tribunas semivacías, el vicepresidente Amado Boudou se quedó un rato más tirando besos desde el escenario, sonriente y eufórico.