El pronóstico del tiempo señala para las elecciones vientos del Norte sobre la economía argentina con tormentas y turbulencias. En los últimos 40 días las Bolsas de los países emergentes cayeron igual que en mayo-junio de 2008, cuando estalló la c risis internacional que arrastró a la Argentina a una recesión.
El fenómeno ocurre justo al comienzo de la campaña. Y es relevante porque en definitiva la Argentina es una economía pequeña y abierta: cualquier cambio en las finanzas globales en las próximas semanas impactará de lleno en la actividad económica y política del país. En 2009, cuando Néstor Kirchner perdió las elecciones legislativas, el índice de materias primas que elabora el Banco Central había caído 31,7% en los meses previos. Hoy, el mismo número registra una caída acumulada de 8% para el último semestre (el viernes salió el último dato). Para tener una idea, en 2011 había subido 2,8% en el mismo periodo y 12,8% el año pasado.
“ El viento de cola se acabó hace tiempo ”, escribió un informe de la consultora Elypsis esta semana que se titula ‘¿Vientos moderados o tormenta perfecta?’. Unos días después, el economista jefe de Fiel, Daniel Artana, publicó un documento con el título “ Vientos menos favorables ”. Y un estudio de Goldman Sachs revela que se espera una desaceleración a nivel mundial (ver aparte).
El 50% de las exportaciones argentinas van a 7 países: Brasil, China, Estados Unidos, Chile, Venezuela, España y Holanda. Todas sus economías crecerán menos que lo que se preveía a principios de año. Brasil es el caso más emblemático. Según una encuesta de su banco central, a principios de año el crecimiento de su PBI en 2013 sería 3,7%. Ahora es 2,4%.
En sólo seis meses todos los principales socios comerciales de la Argentina desaceleraron su crecimiento (Brasil, EE.UU., Chile y China) o, lo que es peor, profundizaron su recesión (España, Holanda y Venezuela).
El fenómeno obedece a cambios anunciados en las políticas monetarias y fiscales de los países centrales, básicamente de Estados Unidos luego de un discurso del presidente de su banco central brindado hace unas semanas atrás. Desde entonces los precios de las commodities cayeron 7,9%, el riesgo emergente aumentó 323 puntos básicos, las monedas de los países con los que más comercia la Argentina se abarataron - el real 8,1% en lo que va del año-, el dólar se apreció 1,4% y las tasas de los bonos del Tesoro subieron 2,4%.
Pero hay una buena noticia en todo esto. Y es que los economistas coinciden que el Gobierno tiene margen para pilotear la tormenta y eludir las turbulencias. La soja es uno de las commodities que no cayó. Y para Artana, la suba de las tasas no es relevante en el corto plazo ya que el país está fuera de los mercados.
“Pero mientras tanto China desacelera y resulta una menor demanda para la Argentina”, dice Elypsis. Rodrigo Alvarez, de la consultora Analytica, agrega que “los cambios más relevantes a mi juicio son la desaceleración de China y el cambio de tendencia en las commodities”. El pronóstico está anunciado. Habrá que ver si la economía embarra las elecciones.