El jefe de la AFIP confirmó ayer el rumor que le había llegado a Ricardo Lorenzetti de que él, su familia y el director administrativo de la Corte, Héctor Marchi, eran víctimas de una persecución por parte del organismo. "El director de la AFIP confirmó que investiga al presidente de la Corte, después de que la Corte declaró inconstitucional una importante ley del Gobierno. Imposible imaginar esto en otro país", dijeron cerca de los jueces.
Lorenzetti les aclaró ayer a sus pares que siempre estuvo dispuesto a someterse a una investigación correcta de la AFIP. El problema es que el procedimiento fue incorrecto. El juez no recibió nunca ninguna intimación de la AFIP ni sus contadores fueron notificados de una investigación en marcha. Lorenzetti se enteró de la pesquisa impositiva el pasado fin de semana largo en su ciudad natal, Rafaela. Personas vinculadas con la delegación local de la AFIP le contaron el rumor que circulaba. El martes comentó la novedad ante el resto de los jueces de la Corte, que pidieron dos cosas: una confirmación urgente de parte de la AFIP y una advertencia directa de Lorenzetti a la presidenta Cristina Kirchner. La conversación con la Presidenta no pudo realizarse hasta ahora.
El miércoles, dos funcionarios de la Corte se comunicaron con la AFIP y pidieron hablar con Echegaray. Uno de esos funcionarios judiciales era Marchi. Les contestaron que Echegaray estaba en Francia. Los empleados jerárquicos de la Corte hablaron con un alto funcionario del organismo, que verbalmente les confirmó la versión que había recibido Lorenzetti. Ayer, Echegaray aceptó que existió esa reunión, pero dijo que la versión les había sido desmentida a los enviados de la Corte. Sin embargo, el propio Echegaray confirmó, durante la misma conferencia de prensa, el rumor que recibió Lorenzetti.
"No tengo ningún problema en ser investigado por la AFIP, porque no tengo nada que esconder. Pero el procedimiento debe ser el que marcan la ley y los reglamentos, no con un método extorsivo", aseguró ayer el presidente de la Corte entre sus colaboradores. Cerca de Lorenzetti desmintieron más tarde, una por una, las acusaciones televisivas del titular de la AFIP contra el presidente del tribunal y contra Marchi.
Echegaray puso especial énfasis en subrayar la "compleja" situación impositiva de Marchi, el más alto funcionario de administración de la Corte. Marchi, oriundo de Rafaela y ex funcionario de los gobernadores santafecinos Carlos Reutemann y Jorge Obeid, fue llevado a la Corte por el propio Lorenzetti. Según se desprende de las palabras de Echegaray, existe una duda en la AFIP con respecto a la declaración jurada de Marchi. No es el primero ni el único caso que despierta dudas entre los inspectores de la AFIP. Por el contrario, las dudas de los funcionarios impositivos suelen ser muy frecuentes.
El problema es, otra vez, el procedimiento. Echegaray expuso públicamente la situación impositiva de Marchi, y de la familia de Lorenzetti, cuando la revisión se estaría tramitando todavía dentro de la AFIP. En rigor, ni el presidente de la Corte ni su familia recibieron todavía ninguna comunicación oficial del ente recaudador.
Se trata, simplemente, de un mecanismo recurrente del cristinismo: exhibir en público la situación patrimonial e impositiva de sus adversarios, viejos o nuevos. Tampoco falta la manipulación en esas exhibiciones. Son los famosos "carpetazos" con los que amenaza el oficialismo. Ya pasaron por esa experiencia desde un empresario inmobiliario hasta un cineasta. Nunca nadie imaginó que tal método persecutorio alcanzaría al propio presidente de la Corte Suprema. Ésa es la única novedad.