El subsidio que el MAG pretende dar en forma tardía, como compensación por el bajo precio del algodón, llegará a unos pocos, porque muchos agricultores no tienen cómo probar cuánto algodón entregaron, advirtió el empresario de la industria textil Dr. José Vargas Peña.
“La insistencia en pretender concretar el subsidio algodonero, a pesar de ser tardía e inoportuna, es porque están queriendo beneficiar a algunos grandes acopiadores, que son los únicos que van a recibir esa plata, que serviría para financiar el negocio a un grupo concreto”, denunció Vargas Peña.
“No quiero dar nombres porque todavía no se produjo el hecho, por eso no quiero prejuzgar, pero el hecho de que se siga hablando del subsidio algodonero, habiendo terminado la zafra y cuando que ya se pagó por la cosecha, hace suponer que el campesino productor no llegue a ver un peso de ese dinero”, alertó. Explicó que algunas empresas acopiadoras salieron a negociar con los productores, prometiendo a los mismos que cuando se concrete el subsidio que prometió el MAG les aplicaría contra sus deudas, que eran fruto del financiamiento de los insumos.
“Yo te doy a vos un préstamo como comerciante para que vos me vendas algodón a mí, y cuando entre el subsidio lo aplico contra tu cuenta, lo cual no es una ventaja para el campesino, será plata que quedará para un pequeño grupo de gente que se va a beneficiar a costa del Estado”, especificó.
Reiteró que si se materializara el subsidio textil se distorsionaría el negocio algodonero, y que solo crispará el ambiente.
El Estado destinaría dinero público para quebrantar la ley de la libre empresa, en vez de impulsar la transferencia de tecnología para que el pequeño agricultor mejore sus rendimientos productivos.
Enfatizó que el subsidio se está cocinando en forma muy callada.
Recordemos que el ministro de Agricultura, Rody Godoy, informó en la última reunión del Consejo Asesor Agrario (CAA) que la compensación será de G. 400 por kilo de algodón, para un poco más de 40.000 Ton. cosechadas en esta zafra.
Los productores vendieron el algodón a las desmotadoras por un precio que oscilaba entre G. 1.800 y 2.000 el kilo, según Cadelpa.