No sólo incomodó a Cristina Kirchner, que ahora lo tiene por sedicioso. También molestó a Daniel Scioli, su competidor de fondo. Tan celoso de la imagen, Scioli tampoco tiene posición tomada sobre la política de medios. ¿No es curioso?

Además de desafiarla en el terreno constitucional, la ley de Macri expondrá a la Presidenta a una contradicción. La obligará a pedir a la Corte una cautelar. A ella, que detesta las cautelares.

Para la Corte es embarazoso. Cuando Rodríguez Saá, con argumentos similares a los de Macri, le pidió una cautelar contra la ley de medios, se la negó. En cambio, cuando San Luis dictó su propia normativa y la Casa Rosada solicitó una cautelar, se la concedió, sin fijar plazo. El pleito está todavía abierto.

Al involucrarla en un nuevo enredo coyuntural, Macri también fastidió a la Corte. Como se ve, la suya fue una carambola a varias bandas. No parecía tan astuto.