Abril no ha sido un mes de buenas noticias para el gobierno de Cristina Kirchner, donde desde los efectos de la inundación de la Plata pasando por la reforma judicial y las reciente denuncias contra el empresario Lázaro Baez que salpican al poder, han mostrado al gobierno a la defensiva en algunos de estos temas y encerrado en el más absoluto de los silencios, frente a otros.
Paradójicamente, y según el último muestreo nacional de la encuestadora Managment and Fit, los meses de febrero y marzo venían mostrando una recuperación en la imagen positiva de la Presidenta, a razón de dos puntos por mes, que habrá que ver como los últimos hechos resonantes han repercutido en la opinión pública.
La Reforma judicial llevada al Congreso mostró también por primera vez grietas en el frente interno del gobierno, entre algunos de sus adherentes y figuras de la primera línea del elenco gubernamental. Las críticas del Centro de Estudios Legales y Sociales, que preside el periodista y abogado Horacio Verbistky, de buena llegada a la Presidenta, posibilitó que el Senado abriera la discusión en uno de los puntos más cuestionados de los proyectos, como es el de las cautelares.
Pero más allá de ese aporte, agradecido notablemente por el presidente de la bancada de senadores, Miguel Angel Pichetto, ya que ayudó a disciplinar a algunos senadores que se revelaban contra ese proyecto, mostró por primera vez como un funcionario del gobierno, de estrecha llegada a la Presidenta, quedaba desautorizado por alguien con peso propio para el Gobierno. No fue feliz la intervención del secretario de Justicia Julián Alvarez contra las opiniones y sugerencias de Verbitsky, que se las tuvo que guardar tras la decisión de la Presidenta de aceptar los cambios. Verbistky fue un claro ganador y con su habitual ironía descalificó al joven funcionario indicando que no había interpretado a la Presidenta y que lo sorprendía el bajo nivel de su argumentación.
Debe ser una de las primeras veces que la Presidenta desautoriza a uno de sus jóvenes funcionarios, para darle la razón, en este caso, a Verbistky. Ese hecho, tal vez insignificante, fue ejemplo de cómo crujen algunas áreas del gobierno nacional, necesitada tal vez de una renovación en sus elencos.
La carta del Presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti al titular de la Cámara de diputados, transmitiéndole las preocupaciones de las Cámaras judiciales del interior del país por algunas de las reformas que de concretarse podrían trabar el trabajo judicial, provocó una reunión de urgencia el lunes a la noche en la Casa Rosada, de la que participó la propia Presidenta, donde se definió escuchar esos reclamos y posibilitar reformas en los proyectos que contemplen esas críticas. Se puede decir que fue un gesto hacia la corte, más allá de que algunos de los proyectos que se aprueben pueden ser materia judiciable.
En los primeros meses de este año había trascendido de fuentes seguras del gobierno, que cuando llegase el otoño la Presidenta se aprestaría a un cambio de gabinete. Los hechos descriptos anteriormente podrían haber postergado esa decisión, que en algunos ministerios se hacen más que indispensables ya sea por un doble comando que los hace antifuncionales o por el desgaste de sus titulares.
También se especula con que la Presidenta aguarda el plazo que marca el calendario electoral de este año, que debe determinar el armado de las listas de los candidatos que competirán en las primarias de agosto y después en las legislativas de octubre, ya que algunos de sus funcionarios de máxima confianza podrían estar en las mismas, y eso dejaría vacante algunos casilleros del gabinete, que permitirían una oxigenación política.
Y hay preocupación en el gobierno por la situación económica y algunas variables que se han descontrolado, y que no encuentran cauce por la balcanización que se ha dado en la conducción económica, donde son muchos los que opinan y no hay una cabeza que logre encauzar las distintas opiniones. El gobierno emparcha en la coyuntura en algunos temas, dejando peligrosamente para después de octubre la resolución de temas de fondo. La inacción en algunas áreas claves de la gestión económica son cada vez más notorias, molestos algunos funcionarios por el poco margen de maniobra que les deja el cada vez mas superfuncionario Guillermo Moreno.
Candidatos, se buscan
Así como el gobierno se enfrenta al desafío de encontrar buenos candidatos para la elección de octubre, también la oposición se enfrenta al desafío no sólo de dar respuestas concretas a los crecientes reclamos de la población, que así como desaprueba en un alto porcentaje la gestión del gobierno, también desaprueba en un porcentaje cercano al 65%, la tarea de la oposición.
Salvo Hermes Binner y Francisco de Narváez, que ya se sabe jugarán como candidatos en sus distritos, todo lo demás está por verse.
En la estratégica provincia de Buenos Aires, De Narváez consolida el armado de un frente peronista disidente con el apoyo de José Manuel de la Sota, Hugo Moyano, y Roberto Lavagna, que arman a a nivel nacional la alternativa al kirchnerismo. No está en los planes de De Narváez, por el momento, ningún acercamiento al Pro de Mauricio Macri, a quien dicen no necesitar.
En la ciudad de Buenos Aires, su territorio, el Pro está en problemas. Golpeado por las recientes inundaciones, que lo han hecho descender en su imagen positiva, Mauricio Macri sigue negociando un acuerdo con Roberto Lavagna, que a entender de propios integrantes de la fuerza será una claudicación política. Lavagna, bien posicionado en las encuestas, de ganar se convertirá automáticamente en candidato para el 2015, ya sea para la jefatura de Gobierno o a la Presidencia, por el espacio peronista no kirchnerista, dejando de lado a Macri y su partido.
La centroizquierda, todo parece indicar, marchará dividido en los dos sectores que pugnan en la actualidad por ganar adeptos.
Y en el oficialismo, el actual senador Daniel Filmus quiere ser candidato a la reelección, aunque no ha recibido ningún guiño en ese sentido.
También, en la provincia de Buenos Aires ha vuelto el rumor de que Sergio Massa jugaría por afuera de la estructura del Peronismo, con su Frente Renovador, encabezando la lista de diputados.
En cambio, es un hecho que Felipe Solá se lanzará este sábado como candidato a diputado nacional por la Provincia, por su propio espacio.
Mayo será el mes de las definiciones. Allí se sabrá, como y con quien jugarán, los protagonistas de esta coyuntura política del país.