Este año se advertirá una consecuencia negativa más de la política de intervención del Gobierno en el mercado de trigo. Luego de que en 2012 los productores huyeran de la siembra del cultivo y el área quedara, con 3,16 millones de hectáreas, como la más baja desde 1898/1899, en 2013 la Argentina va a tener, con unos 3,3 millones de toneladas, la menor exportación del cereal de los últimos 35 años. Por pérdidas de negocios con el exterior, en la Argentina ya dejaron de ingresar US$ 5200 millones desde 2009.

El dato sobre la menor exportación de los últimos 35 años se desprende de estadísticas de la consultora Agritrend, que conduce Gustavo López. Precisamente, entre el período 1979/2013 no se ve una exportación más baja que la que se prevé para 2013. La excepción fue 1978, cuando se vendieron 1,5 millones de toneladas.

Los 3,3 millones de toneladas estimados se encuentran en el rango de lo que permitió exportar el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, tras registrarse una caída de 37,9% en la cosecha 2012/2013, que finalizó en 9 millones de toneladas. La merma en la producción achicó el saldo exportable.

Y aun cuando se alcanzaran los 3,5 millones de toneladas que, por su parte, proyecta el Ministerio de Agricultura como exportación, también en ese caso se trata del volumen más bajo en 35 años.

Desde 1979 hubo años de 3,6 millones de toneladas vendidas al exterior, como en 1981 y 1988, pero no menos que el nivel que ahora se aguarda de venta al exterior.

Con una menor performance exportadora, la Argentina pierde mercados, lugares en el ranking exportador y, sobre todo, dólares en un momento en que el Gobierno los necesita. "De una media de 2004/2008 de 9,5 de millones de toneladas de exportación bajamos a una media de 2009/2013 de 6,2 millones de toneladas, y este año estamos en 3,3 millones de toneladas", señaló López a LA NACION.

Para López, sólo la reducción del saldo exportable desde 2009 en relación con los años anteriores representó que se dejaran de vender al exterior 16 millones de toneladas por un valor de 5200 millones de dólares.


En este contexto, Néstor Roulet, productor de la zona de Canals, en la provincia de Córdoba, y ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), hizo más cálculos sobre lo que significa exportar menos.

"La menor exportación nos genera una merma de ingreso de divisas de 1491 millones dólares con respecto a la campaña 2010/11, y de 2192 millones con respecto a la del año anterior [2011/2012]", expresó Roulet.

El ruralista hizo otro ejercicio: proyectó qué habría pasado si la Argentina hubiera repetido el año pasado la superficie de 2007/2008, de 5,95 millones de hectáreas, que fue la antesala de la caída del área con el cereal.

"Si la superficie de la campaña 2007/08 se hubiese reiterado, la producción del país sería de 16,3 millones de toneladas [7,6 más que lo obtenido en el último ciclo] y el ingreso de divisas por exportaciones sería de 3723 millones de dólares, contra los 887 millones actuales [previstos para 2013]", explicó.

De esta última comparación surge que la pérdida anual de divisas por la política triguera ronda, según Roulet, los 2800 millones de dólares.

REACCIÓN DE BRASIL

Brasil es el país más afectado por la baja en las exportaciones de la Argentina, ya que se llevaba habitualmente entre 4,5 y 5 millones de toneladas.

En rigor, para suplir el faltante de trigo argentino firmó un convenio con Rusia, entre otros países, y acaba de suspender la vigencia del arancel del 10% que pesaba sobre la mercadería procedente de fuera del Mercosur.

Según trascendió, esta medida de excepción regirá en principio entre abril y julio próximos y permitirá que ingresen en Brasil dos millones de toneladas sin pagar el anterior arancel. De esa manera, los trigos de otros orígenes se abaratarán en la competencia con el cereal argentino.