En las principales cancillerías del mundo se buscan hoy explicaciones sobre esta vuelta de campana. Esa perplejidad es inoportuna. Los mercados están inquietos ante la posibilidad de que, por el conflicto con los holdouts, el país entre en default con los inversores que ingresaron a los canjes.
Hay quienes creen que el giro frente al crimen de la AMIA es una pista de lo que se decidirá en el campo económico. Al desafiar el orden establecido acercándose a Irán, la señora de Kirchner estaría demostrando que no tiene inhibiciones para romper con el sistema financiero.
Para otros observadores la amistad con Ahmadinejad pronostica otra conducta. Si la presidenta que culpaba a los iraníes por el atentado, ahora les pide que la ayuden a encontrar a los encubridores, también puede pagar a los "fondos buitres" a los que juró no dar una moneda.
Extraño corolario: la incongruencia ha logrado que Cristina Kirchner se esté volviendo misteriosa.