La segunda quincena de febrero y los primeros días de este mes han permitido un cambio de cara en los cultivos de la Argentina y, al mismo tiempo, infundido un poco de ánimo en los chacareros y la gente de campo en general. Al menos en buena parte de las zonas agrícolas.

Como sabemos la BCR habla, desde hace unos días, de una producción de 48 millones de toneladas. Lejos quedaron los optimistas días de cálculos de 53/55 millones.

Y luego la Bolsa de Cereales de Buenos Aires no se quedó muy atrás, en sus recortes, al calcular 48,5 millones de toneladas.

Falta ahora, el reporte mensual del USDA que saldrá este viernes. Veremos con qué se viene. Si reduce su anterior cifra de 53 millones a una más próxima a la de la BCR y de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, surgirá un considerable soporte en los valores, justo cuando faltan pocos días para comenzar con la cosecha de los primeros lotes de la zona agrícola argentina.

Si así lo hiciera y, por ejemplo, estimara un volumen de 49 millones de toneladas, tal reducción sería un interesante contrapeso en la presión que ha empezado a ejercer la oferta de Brasil.

Porque la cosecha en el vecino país camina a buen ritmo gracias al clima favorable. Se estima que más del 35% de la superficie habría sido cubierta, una proporción más elevada que la correspondiente al año pasado.

El volumen de la actual cosecha girará en torno a 82 millones de toneladas. Un volumen que ya está ejerciendo presión a la baja en los valores. De este volumen cerca del 60% se halla comprometido.

Mientras tanto, y hasta tanto comience la cosecha en la zona sojera en nuestro país, la oferta de mercadería disponible es limitada. Los precios se entonan en el cortísimo plazo por lo disponible, solamente.

Porque otra cosa es la nueva cosecha.

En los próximos dos o tres meses, habrá una fuerte presión a la baja por la acción de una oferta sudamericana que ingresa al circuito con fuerza.

Pero hay otro elemento más que impulsa el mercado hacia nuevas caídas. Se trata de la visión del USDA.

En el Agricultural Outlook Forum, organizado hace pocos días en la ciudad de Washington, el USDA previó una sustancial baja de los precios de los granos como la soja y el maíz.

Con tales cálculos, el USDA proyecta una baja en los precios de la soja de 26% por lo que su valor pasaría de más de U$S 520, de la actualidad, a cerca de U$S 385 para la nueva cosecha, suponiendo que se logre una cosecha récord en la próxima campaña.

De hecho los futuros (Chicago) correspondientes a Agosto y Septiembre de este año ya giran en torno a U$S 515 y U$S 487 respectivamente, cuando Marzo actual se ubica próximo a U$$ 547. Más aún: Noviembre apenas se acerca a U$S 466. El mercado a término es elocuente respecto a las expectativas, en buena parte alimentadas por el USDA.

Como siempre, el organismo estadounidense peca de optimismo, uno diría de optimismo extremo, en términos de producción.

¿Hasta qué punto es razonable el cuadro presentado por el USDA?

Muchas son las dudas que a uno lo asaltan al considerarlo.

Porque la demanda sigue en suba, por un lado. Y por otro, el factor clima se está haciendo cada vez más aleatorio y, en ocasiones, peligroso, en el mundo entero, en un cuadro de existencias actuales reducidas.

Para muestra sólo un botón: una de las peores sequías fue la que acaba de sufrir EE.UU. en toda su historia. Y nosotros… ¿qué? Recordemos el 2008. ¿Y la campaña anterior?