Es la clase de políticas que destruyeron el mercado de la carne, beneficiaron primero y llevaron a la ruina luego a los frigoríficos exportadores y hacen que las ventas externas de carne vacuna sean más que escasas en momentos en que se necesita más ingreso de divisas.

Ahora Moreno decidió ensayar con el congelamiento total. Pero antes, mientras sólo algunos precios estaban congelados, los combustibles líquidos estaban alcanzados por la medida. Ahora que todo debe estar en el freezer, al menos los productos de la mayor petrolera del país aumentarán si es necesario. Lo dijo hace pocos días Miguel Galuccio, máximo responsable de YPF.


No deja de tener lógica. Muchos precios se forman localmente por la oferta y la demanda, pero otros tienen un fuerte componente externo. La soja, el maíz, el trigo, el petróleo no valen aquí según la oferta o la demanda locales o según la estructura de costos locales (el kirchnerismo no logra entender esto). La pregunta es cuánto influyen esos movimientos que no pueden manejarse aquí en el precio local. Es decir, ¿cuánto debería autorizar Moreno de variaciones que están originadas en esos cambios? Una tarea de colosales dimensiones.

Pero, además, el Gobierno pide "tolerancia cero" a los aumentos no autorizados. Y que los consumidores denuncien. Si no fuera que los protagonistas son funcionarios, parecería una película de enredos protagonizada por una banda de delirantes. Los que piden denunciar los deslizamientos son los mismos funcionarios que han prohibido publicar precios. Los valores congelados y obligatorios son, además, secretos. Hay incluso una línea telefónica para llamar y denunciar al supermercado tal que ha incumplido con un precio máximo que no se sabe cuál es.

Al humorista Gila le hubiera encantado para uno de sus sketches en los que fingía hablar por teléfono y los supuestos diálogos eran absolutamente absurdos.

No es la primera vez que ocurre algo parecido. Como la Argentina repite sus taras, basta con mirar un poco la historia reciente. Sobre el congelamiento de 1973 dice Roberto Cortés Conde: "No tenían en cuenta que una cosa es que el nivel general de precios y salarios sea estable y otra, que las condiciones cambiantes de la oferta y la demanda no se reflejen en cambios en los precios relativos; por esa razón no se podía evitar que se produjeran reacomodamientos como resultado de las cambiantes condiciones de los mercados y de la disponibilidad de los recursos". Si alguien vio por estos días que los precios cambian a pesar de que están supuestamente congelados, o que, de repente, faltan algunos productos, entenderá de qué habla el historiador en Progreso y declinación de la economía argentina .

¿Qué tensiones se acumulan en estos escenarios de supuesta quietud? Que algunos han conseguido anticiparse y se han hecho de un colchón de margen y otros no. El fracaso que llevó al estallido del Rodrigazo se debió, dice Cortés Conde, a que "resultó un obstáculo insalvable distinguir en qué medida los aumentos eran resultado de los cambios en la oferta o la demanda o de las presiones o anticipaciones inflacionarias. ¿Cómo se llegaba en un mundo de miles de precios a evitar que los aumentos autorizados a unos no se extendieran a los demás, generalizando la inflación?". La pregunta es la misma ahora. ¿Cómo se hace para que los eventuales aumentos de YPF no generen subas en otros rubros?

La destrucción del mercado de la carne fue uno más de toda clase de intentos fallidos, hasta delirantes, para evitar que una suba de precios internacionales se trasladara al mercado interno. ¿Dónde están esos feedlots donde se iba a criar a los terneros machos recién nacidos de vacas lecheras, los llamados "overos"? Alguien le hizo anunciar a la Presidenta un plan irrealizable, para el cual serían recolectados, trasladados y criados a corral para aumentar la oferta de carne. El plan era un delirio. Los terneros recién nacidos son demasiado vulnerables como para siquiera pensar en un traslado.

Hoy no cuesta imaginar a Gila llamando a la línea que propagandea "Pimpi" Colombo y decir: "¿Está el del control de precios? ¡Que se ponga!".