La flexibilización que otorgó España a la Argentina para que pueda seguir vendiéndole biodiesel fue empañada por una medida adoptada por la Unión Europea contra las ventas de ese combustible al continente.

El mismo día que el gobierno de Cristina Fernández decidió mantener en suspenso la demanda realizada ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra España no pidió la conformación del panel en respuesta al gesto realizado por el país, la Comisión Europea determinó que todas las importaciones de biodiesel provenientes de la Argentina e Indonesia deberán ser registradas en su Aduana, en el marco de la investigación por dumping que promueven las autoridades del bloque.

La decisión incluye la posibilidad de que se establezcan derechos retroactivos, si se comprueba que hay prácticas especulativas.

Esta medida, ya descontada por el mercado, provocó la parálisis total de las exportaciones de biodiesel argentino a la UE en las últimas semanas, que ya se habían resentido fuertemente en 2012 por la coyuntura europea y la competencia del aceite de palma proveniente de Indonesia.

Por lo tanto, la decisión de España de flexibilizar la norma que había excluido a la Argentina como proveedor del combustible ya descontaba que Europa protegería su mercado, afirmó un experto en comercio internacional. El gobierno de Mariano Rajoy había decretado que sólo podrían vender biodiesel a España las plantas que estuvieran radicadas dentro de Europa, decisión que luego fue modificada para eliminar el coto geográfico. De todas maneras, la exportación no será libre, sino que regirá un sistema de cupos para el cual los exportadores de biodiesel deberán inscribirse.

Este esquema ya implicará una restricción al comercio, que podría sumarse a los derechos retroactivos que eventualmente fije la UE contra las importaciones que considere especulativas y que ingresen a precios de dumping.

Según un comunicado de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), ese registro obstaculiza aún más las exportaciones de este producto originadas en la Argentina y la medida se basa en fundamentos erróneos por parte de los productores europeos, sobre que las importaciones, presuntamente objeto de dumping, estarían aumentando.

Por el contrario, la entidad indicó que las exportaciones hacia la UE disminuyeron y no existe prueba alguna de que las mismas son objeto de dumping. La institución dijo que junto a sus miembros continúan cooperando con las investigaciones anti-dumping y anti-subsidio, que permitirán probar que los alegatos de prácticas comerciales desleales carecen de fundamento.