Si algo faltaba para calentar aún mas el ánimo de los productores era que intentaran dividir  al sector representado en la Mesa de Enlace Agropecuaria; algo pretendido en la convocatoria por separado de las entidades que realizó el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar.

Sin dudas este Señor desconoce los orígenes de la Mesa de Enlace,  que no es más que una decisión del sector agropecuario en su conjunto.

No es menor el dato de que aún los “autoconvocados” hayan acatado la decisión de la Mesa de Enlace por estar acotada en el tiempo (hasta mediados de febrero), mas allá del malestar existente.

El ala dura del Campo ya no quiere dar más tiempo para iniciar medidas de fuerza ante un gobierno que hace del  “divide y reinarás” su forma de capitalizar poder.

El ala dialoguista habla en “pos de la paz social”, aquella que pareció por momentos desaparecer ante los saqueos de navidad, de lo que mucho no se dice  y cuyo único responsable parece ser el intendente de Bariloche…. por cuya cabeza fueron parte de quienes otrora lo apoyaron en su candidatura

Es hora que el gobierno empiece a mirar al cielo y pedir a Dios, para que no se concreten los pronósticos de lluvia previstos en la zona núcleo sojera, caso contrario la misma estará muy cerca del infierno…económicamente hablando.

Son  “12.000 millones de dólares” lo que el sector productivo primario aportaría este año de manera directa vía retenciones, solo por cereales y oleaginosas.

A esto deben sumarse los derivados con agregado de valor, pues aquello de “retenciones a las exportaciones” se le aplica al productor independientemente del destino de su producción.

A modo de ejemplo un productor de biodiesel, partiendo de soja, paga la tonelada al agricultor reteniendo el 35% -para el estado- y a la hora de exportar el biodiesel termina tributando un 20% más en concepto de alícuota a la exportación de este subproducto de la soja.

Por cada 100 dólares que le corresponderían por el precio de la soja, el productor Argentino sólo recibe 65 dólares…con los que  está obligado a hacerse cargo del 100% de los costos de producción mas todos los gravámenes que le son impuestos al común de los contribuyentes.

Por eso se habla de discriminación sectorial: “se le saca el 35% de lo que factura” independientemente de si esto trajo o no aparejada renta alguna.

Si por cada 100 dólares el gobierno paga 65 dólares al productor sojero al cambio oficial (Aprox. $5) y esos mismos dólares los vende en el mercado paralelo a un 40% por encima de este valor (Aprox. $7), llegaremos a la conclusión de que, mientas el productor recibe por cada 100 dólares de valor nominal producto 325 pesos (65 dólares x 5 pesos/dólar), el gobierno los transforma en un pasamanos en 700 pesos (100 dólares x 7pesos/dólar).

¿Se entiende ahora por qué “al Modelo solo le interesa la soja”, mas allá de todo el impacto ambiental que genera al transformarla en monocultivo ante la inviabilidad económica de otras alternativas productivas?

La consecuencia no es otra que una mayor concentración de los recursos en el gobierno nacional, por lo que los gobernadores e intendentes deben conformarse con una ínfima parte denominada Fondo Federal Sojero.

Lo antedicho, creo que no amerita mayor análisis, pero sí la reflexión del origen del cepo cambiario. Quienes lo promueven y lo disfrazan lo hacen por conveniencia, y este no es otro que el Gobierno Nacional y Popular como se hace llamar.

Los productores no somos avaros ni egoístas,  luchamos por nuestra producción, la generación de arraigo y trabajo, el interior productivo, aquel que nos fortalece como pueblo y agranda nuestra Nación.

No será la concentración en las urbes la que generara riqueza, sino el trabajo de la tierra de nuestro extenso país con el agregado de valor in situ.

 

El autor del artículo es Productor Ganadero de la zona de Ayacucho, provincia de Buenos Aires