La pregunta de fondo es… ¿podemos esperar seriamente que este mercado rebote?
Para responder a esa pregunta primero pensemos que es lo que está por detrás de la baja: el convencimiento de que Sudamérica tendrá una buena cosecha de soja. El mundo está saliendo de una acumulación de malas campañas, y marchando a una recomposición de stocks. Los precios altos del 2012 hicieron su trabajo, alentando a que los productores sudamericanos sembraran, y que los consumidores limitaran sus compras. Ahora vemos que mientras el clima fue algo remiso para Argentina, acompañó muy bien al resto de los países de nuestro subcontinente. Esto es lo que asegura que a pesar de que sea lógico imaginar una producción más cerca de 50 mill.tt. que de los 55 mill.tt. que estima el USDA, también lo es que Brasil esté más cerca de 85 que de 81 mill.tt. y con la ayuda del resto de la región, el problema en Argentina quedará salvado.
En cuanto a las perspectivas productivas para nuestra región, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó esta semana que habría 1 mill.ha. destinadas a cultivos de verano que no podrán ser implantadas por problemas de inundaciones. A ello habrá que sumarle que con una siembra que ha venida atrasada unos 15 días en gran parte de la campaña, los rindes seguramente se verán afectos.
De todas formas falta todavía transitar el mes de enero donde el clima puede volver a hacer de las suyas y compliar la producción de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, pero con la humedad acumulada, y los pronósticos que se están viendo, nada hace pensar en que se pueda tener un problema.
Así las cosas el mercado empieza a girar la cabeza nuevamente a EEUU donde ya se anticipa un aumento de área tanto de maíz como de soja. Si esto se confirma, y tomando rindes tendenciales, podríamos lograr al menos para las “hojas de cálculo” salir de la situación tan ajustada de oferta y demanda de soja, y pasar a una que sin ser holgada al menos no resulte tan estrecha.
En maíz el alivio de la producción Sudamericana es menor ya que el aporte no es tan relevante. Sin embargo si EEUU repite el área o la incrementa levemente como se piensa, podríamos ver una oferta mucho mayor, y por eso es que en Chicago puede observarse una fuerte baja en los precios del maíz para las posiciones de septiembre en adelante.
Pero entonces los precios no pararán de bajar? No… debemos también tener en cuenta que si los valores caen tanto, la intención de siembra en EEUU podría resentirse, y las ventas en Sudamérica volverse muy escasas y entrar en una pulseada con los compradores a ver quien pierde la paciencia primero y convalida un rango de precios más alto o más bajo.
En el fondo los elementos que llevaron al salto de la demanda de granos siguen estando: biocombustibles, mayor consumo en países emergentes, y perspectivas de políticas monetarias laxas y devaluaciones cruzadas de monedas.
Hay un elemento que no debemos soslayar, y que es el cima en EEUU. Allí está muy seco y esto puede traer dolores de cabeza. Sin embargo, hasta tanto no inicie la siembra en el mes de marzo/abril, esto no será factor de mercado.
Localmente como se mencionó al inicio los vendedores se han retirado del mercado de soja.
En tanto en trigo no hay negocios ya que los ROE VERDE no solo están congelados, sino que además se puso sobre aviso a los exportadores de que seguramente no podrán embarcar todos los ROE que ya se les otorgaron, a pesar de que se les pre-asignaron los mismos, luego realizaron el trámite de pedir concretamente el ROE VERDE, se les autorizó, compraron la mercadería, pagaron los derechos de exportación y realizaron las ventas al exterior. De hecho varios exportadores deberán vender trigo que han comprado anteriormente. Un capítulo mas de una saga bochornoza!
En cuanto al maíz los exportadores se apuraron a comprar y acumularon unas 11 mill.tt. que agotan los ROE VERDE que les fueron preasignados a los asociados a CIARA, que son el grueso de los que podemos pensar han estado comprando en mercado. Con el precedente del trigo, sería una locura que los exportadores siguieran comprando activamente. Si bien sigue habiendo compradores interesados, son los menos y lo hacen a precios inferiores a los que esperan los productores para vender grandes volúmenes. Sin embargo, lamentablemente, no podemos esperar que en el corto plazo esta situación se revierta. Sólo podrían reaparecer compradores si transitada la trilla, se hacen los relevamientos de producción y de los mismos se desprende una producción mayor a 24 mill.tt. de maíz, algo que hoy por hoy no se puede asegurar.
En cuanto a soja, el nivel de ventas a nivel nacional es mínimo a pesar de haber pasado precios muy interesantes. A estos valores más bajos difícilmente se den ventas adicionales, al menos en el corto plazo. Debemos tener presente que con precios que se acercan a los 300 U$S/tt, los productores que alquilan sus campos estarán cambiando el dinero, sin ningún tipo de ganancia. Con la historia reciente donde los precios continuamente superan los máximos previos si se espera lo suficiente, muchos querrán esperar. La pregunta es si se tiene la espalda suficiente como para demorar las ventas seis meses hasta que llegue el período climático norteamericano. En definitiva nadie puede asegurar que esto termine siendo tres, seis o nueve meses de espera.
Una amenaza para quienes quieren esperar para vender es la intención del Gobierno, exteriorizada en notas periodísticas, de que el grueso de los derechos de exportación y los dólares relacionados con las exportaciones de soja ingresen a mas tardar en marzo/abril como ocurrió el año pasado. Para que ello ocurra o bien los productores venden, o bien los exportadores anticipan el ingreso de las divisas por medio de prefinanciación de exportaciones. Esto implicaría que las empresas exportadoras tomen préstamos descontando que luego podrán conseguir comprar y vender al exterior la soja. Esto, más allá de que tiene un costo financiero, requiere que los exportadores estén seguros de que habrá interés vendedor de parte del productor. El problema es que si los precios son bajos, y continúan las restricciones al mercado cambiario, no es posible proyectar claramente cuando terminarán vendiendo los productores, y los exportadores no podrán anticipar ello.
Para el gobierno, la demora en vender de parte de los productores es vista como una especulación condenable. Los artículos periodísticos comentan que Moreno quien estaría a cargo de lograr la liquidación de divisas y los ingresos de derechos de exportación tempranos, al preguntar como es posible que se demore tanto la venta, le informaron que es porque los productores retienen gracias a los silo bolsa. Esperemos que esto no termine generando medidas innovadoras para frenar una práctica que ha dotado al productor de una capacidad de negociación mayor con las multinacionales.
¿Que hacer en este mercado?
En primer lugar aprovechar el interés comprador por maíz que todavía subsiste. Cuando el mismo reaparezca – si es que lo hace – es posible que los precios internacionales ya estén tomando las perspectivas de mayor producción en Norteamérica. El problema es que el acelerado ritmo de compras de la exportación generó que antes de tener certeza productiva los compradores están casi retirados del mercado.
En el caso de la soja, los precios se están acercando a los mínimos que lógicamente se pueden plantear para este mercado. Es importante aquí dejar claro que la presión vendedora de fondos podría llevar los precios más bajos que la barrera de los 300 U#S/tt, pero que no sería lógico que esta situación se mantuviera por demasiado tiempo. Por ello antes que vender parece mejor apuntar a poner pisos de 310 con techos de 350 y costos relativamente bajos.