El riego por goteo subterráneo es conocido por quienes producen en forma intensiva o se dedican a la jardinería, pero los agricultores de la zona central argentina que siembran soja, maíz o trigo, poco saben de las posibilidades y ventajas de la aplicación de este sistema en grandes extensiones. Sin embargo, esta tecnología avanza y fue la novedad más destacada de una reciente reunión sobre el tema realizada en INTA Manfredi, Córdoba, donde ya se están llevando adelante ensayos en esquemas de rotación tradicionales para la zona.
Desde hace 17 años, cuando instalaron el primer pivote en la Estación Experimental Agropecuaria (EEA), los especialistas del INTA Manfredi estudian la aplicación de agua y el balance hídrico en cultivos extensivos. “En 1995, cuando empezamos a trabajar con aspersión, la provincia de Córdoba tenía muy pocas hectáreas bajo riego; hoy tiene 140.000, habiendo casi duplicado la producción de secano con gran estabilidad y posibilitando la incorporación de nuevos cultivos como el garbanzo, la cebada cervecera, el poroto, el girasol confitero que antes era muy riesgoso hacer”, contó el ingeniero agrónomo Eduardo Martellotto, director del proyecto de riego suplementario de la EEA.
Recientemente, en viajes de capacitación por Estados Unidos, los ingenieros del INTA cordobés observaron que en algunos establecimientos con pivote se utilizaba el riego por goteo enterrado para cuadrar el campo -aplicándolo en las esquinas donde el círculo que describe el pivote no llegaba- aumentando así de un 20% a 24% la superficie regada. Entonces, pensaron en probar esta tecnología en la zona de influencia de la experimental.
Así, este año, en Manfredi comenzaron a evaluar el sistema con un primer módulo demostrativo de irrigación en cultivos de trigo y maíz junto a la firma Netafim, y por estos días está empezando la instalación del próximo, que se desarrollará con John Deere Water (JDW), las dos empresas que se metieron de lleno en el mercado argentino de equipos de riego por goteo enterrado para cultivos extensivos. Y si bien no hay resultados analizados todavía para la región central, esta tecnología ya ha sido probada con éxito en caña de azúcar, en el norte del país.
“Este sistema sería útil en terrenos irregulares donde no puede entrar un pivote; en campos que tienen impedimentos por la presencia de árboles, caminos, alambrados, casas; sobre todo en establecimientos ganaderos o tambos que tienen corrales”, explicó Martellotto.
Pero la ventaja más importante es que requiere menos cantidad de agua instantánea, ya que se aplica en más tiempo, y en consecuencia permitiría utilizar pozos de menor caudal que no alcanzan para instalar un pivote. Asimismo, mejoraría la eficiencia del riego, porque al ser de entrega subterránea, se evitarían las pérdidas por evaporación, por mojado de la canopia o por deriva a causa del viento.
De acuerdo a María Cecilia Colombi, gerente de Ventas para Argentina de JDW, “el riego por goteo subterráneo logra una mayor uniformidad en el uso del agua, es más eficiente y tiene un menor costo por milímetro de agua aplicado que el riego por aspersión; además, se adapta a cualquier superficie tanto en forma como en topografía y permite la fertirrigación; quizás el momento de la instalación sea el más complejo pero una vez realizada, su manejo es muy sencillo y tiene una vida útil prolongada”.
Por su parte, Pablo Coletti, gerente técnico de Netafin, destacó “la eficiencia de la tecnología, el beneficio de entregar el agua directamente a las raíces en el momento preciso en que la planta lo requiere y su capacidad de adaptación a distintos campos”.
La posibilidad de llevar el riego por goteo subterráneo a cultivos extensivos despertó gran interés entre los asistentes a las jornadas en Manfredi, “fundamentalmente porque apunta a quienes cuentan con bajos volúmenes de agua y porque podrían utilizarlo los agricultores medianos y pequeños para incrementar y estabilizar su producción”, expresó el ingeniro agrónomo Aquiles Salinas, coordinador de Manejo de Cultivos Bajo Riego de la EEA Manfredi.
“En el INTA nos interesa especialmente que los agricultores más chicos, con menos espaldas, puedan acceder a esta tecnología, ya que podría ser una herramienta para que se mantengan en el sistema; nosotros queremos productores produciendo, no productores alquilando”, remarcó.
Tal como señaló Martellotto, tanto el sistema de pivote o avance como el de goteo subterráneo, presentan altas eficiencias de uso del agua, con valores superiores a 90%, aunque el último puede ganar algunos puntos en zonas de mucho viento o muy baja humedad relativa.
“No es que un sistema vaya a reemplazar al otro, sino que podrían complementarse, lo que sí se tiende a reemplazar es el riego por surcos que tiene muy baja eficiencia”, aclaró. De todas maneras, “en todos los sistemas, el éxito está en función del buen manejo; si no hay un manejo adecuado, el fracaso puede ser rotundo”, advirtió Salinas.