Hay muchos indicios de que, finalmente, la superficie sembrada con el cereal en la zona núcleo será sensiblemente menor a la programada inicialmente. Básicamente, las causas de ese comportamiento se asocian a pérdidas de cultivos tempranos por encharcamiento y a reducción del área implantada con cultivos de segunda.
El consultor Julio Lieutier afirmó que "normalmente, muchos productores del norte de Buenos Aires siembran temprano -en septiembre- un 60% del área destinada al cultivo y dejan el 40% restante para implantar a principios de diciembre buscando diversificar riesgos".
"En 2012 se pudo sembrar una ínfima proporción en septiembre y está muy atrasada la siembra de segunda por falta de piso, sobre todo en suelos pesados y planos", agrega. Estas siembras tardías llevan a una cosecha en junio, julio y agosto, para lo cual se requieren maíces de buena caña y sanidad.
En ese contexto, la campaña de granos gruesos se está alargando demasiado y hay coincidencia en que los cultivos de maíz y de soja sembrados este mes o a principios de enero verán reducido significativamente su potencial de rendimiento.
"Todas las semanas esperamos dos o tres días luego de una lluvia esperanzados en poder entrar a sembrar, pero nos encajamos enseguida por la napa superficial y luego vuelve a llover", se quejó un contratista del oeste de Buenos Aires. También se observan problemas para ingresar insumos en el campo y aplicarlos a los cultivos: la urea para el maíz, aún sin retirar de un comercio del pueblo, es un ejemplo claro de esta situación.
El exceso de humedad trae otros inconvenientes. Por ejemplo "está paralizado el mercado de forwards para maíz y soja porque ningún productor sabe, a ciencia cierta, cuánto va a cosechar en el otoño de 2013, comentó un acopiador de Bolívar.
El pago de los alquileres en campos que no se pueden sembrar es otra cuestión espinosa. Algunos arrendatarios están consultando a especialistas para incluir una cláusula de riesgo climático en próximos contratos. "Propondrán pagar alquiler por las hectáreas que tengan un uso efectivo para producir", especificó un operador inmobiliario.
Otros agricultores analizan su futura situación impositiva, luego de varios fracasos agrícolas. "Si no hubo ganancias con la cosecha gruesa 2011/12 por la sequía, ni con la fina 2012/13 por hongos e inundación, y hay mucha incertidumbre con la gruesa 2012/13, buscarán reducir los anticipos de ese impuesto por pagar en 2013 trabajando con sus contadores", adelantó un tributarista.
BAJOS RINDES DE TRIGO
Con el avance de la cosecha, se confirman los bajos rindes de trigo por lavado de grano, Fusarium y otros factores adversos en una amplia zona que comprende la provincia de Santa Fe, parte de Entre Ríos, norte y centro de Buenos Aires y sur de Córdoba. Muchas empresas se ven en figurillas para cumplir los forwards de trigo y cebada y deben enfrentar costos financieros y negociaciones difíciles.
Además, en muchos campos no se puede entregar el acopio cercano por la intransitabilidad de los caminos, lo que obliga a embolsar el trigo y sustituir su ingreso por financiamiento comercial si se deben cancelar cuentas pendientes. La mayor parte de los lotes sembrados con garbanzo en la zona núcleo sufrió ataques de rabia, que obligaron a tratamiento con fungicidas o, directamente, fulminaron el cultivo en pocos días.