Esta semana nos sorprendió con tres días de bajas fuertes: martes, miércoles y jueves, en los que pasamos de los niveles que esperábamos como punto de partida para comenzar a promediar ventas, a precios que no resultan tan atractivos. Tres razones estuvieron por detrás de la baja de soja: cancelaciones de negocios previamente concertados por parte de China, mejora climática en Brasil con comentarios de que la producción podría ser mayor compensando los problemas de Argentina, y expectativa de una gran intención de siembra para la nueva campaña.
En cuanto a las cancelaciones de China, debemos recordar que este país ha estado muy agresivo en el mercado en los últimos meses, y que muchos negocios se hicieron a precios muy elevados. Esto históricamente ha generado cancelaciones, pero este año las mismas sumaron casi 1 mill.tt. en sólo esta semana. Contrarrestó un poco el efecto las exportaciones semanales de EEUU que de todas formas se ubicaron en niveles elevados. Por otro lado la demanda interna en EEUU está muy firme, y muchos creen que habrá problemas para llegar a la nueva cosecha por falta de existencias.
La segunda cuestión hace referencia al clima Sudamericano. Por nuestras latitudes los excesos de lluvia son evidentes, y han postergado la implantación a fechas muy tardías. Esto implica en algunos casos posibilidad de que se pase área de soja de segunda a maíz tardío, y que lotes sembrados en forma tardía mermen en su rendimiento potencial. Sin embargo en las zonas donde no se dieron excesos de humedad, las condiciones son muy buenas. Además la Bolsa de Cereales de Buenos Aires insiste en que gracias a que se utilizó cebada como cultivo de invierno en el sur de Buenos Aires en mayor proporción, y que este cereal libera los lotes antes que el trigo, crecerá la implantación de soja de segunda donde antes por las fechas de siembra no era posible.
Sin embargo, mientras es probable que en Argentina haya que hacer ajustes a la baja en la producción de soja, en el caso de Brasil las lluvias en el sur erradicaron el temor climático y aseguran por ahora una buena campaña. Algunos incluso piensan en mayor producción que la planteada por el USDA. En definitiva esto termina implicando que la producción en conjunto de Sudamérica no cambiaría tanto, lo que debilita los precios.
Sobre este tema podemos agregar que resulta demasiado temprano para retirar la prima climática del mercado. En Brasil están comenzando la floración de la soja, y en nuestro país esta dándose la polinización del maíz y se aproxima la floración de la soja. Los cultivos son en este sentido muy propensos a sufrir problemas, y deberemos estar atentos todavía a los pronósticos, especialmente porque el norte está algo seco tanto en Argentina como en Brasil.
En cuanto al tercer factor, recordemos que el problema de abastecimiento de maíz de este año fue por clima adverso, pero que el área era la más alta desde la segunda guerra mundial. Los sondeos que se están realizando revelan que sobre esa superficie se agregarían unas 350.000 ha adicionales. En soja en tanto se sumaría casi 1 mill.ha. Lo que parece es demasiado prematuro para que esto influya seriamente en el nivel de precios.
Como podemos ver todos los factores bajistas tienen su contrapeso. Parece demasiado pronto para que esta baja se precipite, y podemos pensar en una recuperación. Sin embargo seguramente tendremos precios como estos o menores una vez que pase el período de riesgo climático en Sudamérica y los ojos vuelvan a EEUU.
Las bajas en soja influyeron sobre el maíz y el trigo, que copiaron la baja, a pesar de tener estos cultivos elementos propios que podrían justificar mayor fortaleza. Especialmente el trigo, donde Rusia y Ucrania están prácticamente retirados del mercado, en Argentina se acaba de cerrar definitivamente la exportación y los embarques se demorarán, y en Australia todavía hay dudas sobre los rindes finales de la cosecha. Adicionalmente, el trigo de invierno en EEUU tiene el peor inicio de los últimos años y estamos en problemas. Sin embargo todo dependerá de la forma en la que el trigo salga de la “dormancy” y enfrente la primavera.
En maíz lo único que puede justificar la baja que observamos es un menor ritmo de producción de etanol, y las exportaciones que siguen siendo muy lentas en EEUU. Sin embargo por el aumenot en el consumo interno, las exportacione solo explican el 10% del uso del maíz norteamericano.
En el plano local el gobierno finalmente anunció la limitación adicional a las exportaciones de trigo, y los compradores se retiraron totalmente de ese mercado. Haciendo un poco de memoria, luego de la siembra el gobierno pre-autorizó ROE VERDE por 6 mill.tt. Los exportadores viendo que podían incrementar su participación en la exportación, comprando mercadería y pidendo ROE VERDE aprovecharon el apetito internacional por el cereal, y compraron, al tiempo que pidieron los ROE VERDE por 5 mill.tt. Esos pedidos fueron aprobados por el Gobierno, y se pagaron los respectivos drechos de exportación. Sin embargo en la reunión de la mesa de trigo, el Gobierno reportó que por la menor cosecha, sólo se podrán embarcar entre enero y febrero 2 mill.tt. Luego se realizará un relevamiento, y si hay espacio, se podrían embarcar algo más, pero se descarta que no habría saldo exportable por más de un total de 4 mill.tt. La pregunta es que vehículo legal se utilizará para frenar los embarques, ya que los ROE están otorgados y aprobados. Esto muestra nuevamente lo endeble que es el esquema de comercialización del maíz y el trigo en Argentina. Esta demora y la necesidad de cancerlar embarques llevarán a los exportadores a incurrir en costos elevados.
Pero el problema no se terminó con la desaparición del mercado del trigo, sino que el temor se trasladó al maíz, donde las compras están llegando casi al total de ROE que se les asigno a los exportadores nucleados en CIARA. Esto puede parecer prematuro, pero hay que tener en cuenta que la comercialización de maíz ha sido vertiginosa, a un ritmo de casi 2 mill.tt. mensuales, y de allí que el saldo se agotara tan rápidamente.
Frente a todo esto lo que podemos hacer es recordar la volatilidad que tiene este mercado. Por ello hay que aprovechar las oportunidades que se van generando, y vender en las subas. A partir de 340 U$S/tt en soja hay que tomar acción: vender o comprar SPREAD de PUT, o PUT puro.
En el caso de maíz y trigo volvemos a afirmar que no hay que demorar las ventas cuando los compradores están activos y los precios son atractivos. Ahora es demasiado tarde para el trigo, y en maíz se podría agarrar a algún exportador algo demorado, pero seguimos con una situación compleja.
Un buen ejercicio es pensar en el peor escenario de precios para el caso de la soja. Es importante comprender que si observamos las tendencias de precio, veremos que hasta iniciada la década del 2000 teníamos una tendencia de precios estable, y que a partir de allí tenemos una alcista. Sin embargo en años puntuales donde se dieron problemas climáticos, por una menor oferta los precios tuvieron fuertes picos de suba. Sin embargo tras esas subas, se amplió la producción y al hacerlo luego los precios volvieron a la tendencia. Antes del 2000 al hacerlo los precios volvían a los pisos, ahora que tenemos una tendencia alcista, los pisos que se van encontrando son sucesivamente más altos.
Siempre resulta enojoso ponerle precios concretos a las previsiones, pero haciendo las reservas del caso, podemos decir que los precios podrían tranquilamente bajar a mínimos de 300 U$S/tt como precio de cosecha en Argentina.
Sin embargo en esos niveles de precio se generará una puja fuerte entre los compradores que querrán esperar a que llegue en septiembre / diciembre la mercadería de la nueva campaña, y los vendedores que no querrán tomar precios más bajos. Esto llevará a gran volatilidad y a que esos pisos se conviertan en soportes importantes para los mercados.
Por Dante Romano - Analista de Granos