Cayeron los envíos discrecionales a provincias y a la ciudad de Buenos Aires. Mientras tanto, dispuso de la "maquinita" de emitir dinero para financiarse y no sufrir ninguna de las disciplinas a las que se ven obligados los gobernadores.

El peligro, piensan los analistas económicos, es que el año próximo los mandatarios tengan éxito en sus reclamos de mayores recursos y logren que CFK "les preste la maquinita", lo que podría acelerar mucho más aún la inflación.

Los gobernadores han tenido que aumentar impuestos, que, para colmo, en muchos casos, como el de Buenos Aires, comenzarán a regir durante el próximo año electoral.

Cristina "es buena", se salva, no les ha "puesto la cara" a estas medidas impopulares. Los gobernadores han debido aumentar el boleto de colectivo, porque les llegan menos subsidios nacionales; el subsidio para el subterráneo porteño bajó a la mitad y el año próximo será cero. El gobierno nacional trató de que los aumentos de tarifas eléctricas y de gas afectaran a sectores que no lo votan. Y no son para aliviar a las empresas del sector, sino para bajar el gasto del Tesoro. Ni un peso va para las distribuidoras. Las dos distribuidoras porteñas dicen estar casi quebradas.

Las provinciales, que en muchos casos son estatales y con superávit pueden financiar a los gobernadores, recibieron una admonición del ministro Julio De Vido: si aumentaban aprovechando la volada y escudándose en el incremento hecho por Cristina, les quitarían todos los subsidios y deberían ponerle la cara a un tarifazo descomunal.

Los gobernadores decían que octubre era el límite. Las presiones aflojaron porque la recaudación que va automáticamente a las provincias volvió a crecer. Lo había anticipado antes del cierre del mes la consultora Economía & Regiones.

La razón principal es que el mes pasado se recaudó mucho más por el impuesto a las ganancias.

Pero si eso alivia la presión política con los gobernadores, la hará subir con Hugo Moyano y pondrá contra la pared incluso a la CGT Balcarce. Los analistas creen que allí se reflejan el pleno impacto de los aumentos salariales más recientes y la falta de actualización del mínimo no imponible. Muchos más salarios están ahora alcanzados por el impuesto.

Las provincias habrían recibido unos cuantos millones más si el fondo sojero no hubiera tenido una drástica disminución. Los tributos a la exportación en general aportaron 22,8% más que en octubre de 2011, mientras que el IVA obtuvo 34,5% más.

Pero no hay que ilusionarse con un consumo que crece más que la inflación, porque parte de la suba se debe a que la AFIP redujo casi a cero las devoluciones de impuestos a los exportadores.

Todo parece dado para una aceleración inflacionaria. Los sindicatos han comenzado a reclamar actualizaciones salariales y suba del mínimo no imponible, o ambas. El Gobierno muestra demasiada debilidad fiscal como para bajar la presión sobre el salario. Pero también paga un costo político. Cristina pone la cara a una medida impopular, injusta y regresiva, pero las provincias tienen también un beneficio.

Los gobernadores que están muy cortos de fondos sostienen que la financiación que hacen de la Anses resignando el 15% de la recaudación bruta de impuestos coparticipables los complica. Sobre todo a los que no han transferido sus cajas de jubilaciones a la Nación y no reciben tampoco ayuda alguna para financiar sus rojos fiscales.

Los técnicos del correntino Ricardo Colombi pudieron asombrarse cuando Nadin Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), explicó qué pasaría sin esa resignación de recursos y si el impuesto al cheque se repartiera como el IVA. "Desde 2003 Corrientes tendría acumulados unos $ 23.000 millones, lo que representa unas 110.000 viviendas sociales o 3800 kilómetros de pavimento", dijo el economista.

Corrientes podría terminar este año con un déficit de $ 440 millones. Con un reparto más justo tendría un superávit de más de mil millones.

Cristina Kirchner parece no poder ayudar con recursos genuinos. Argañaraz cree que el conjunto de Nación y provincias terminará este año con un rojo fiscal equivalente a 3,5 puntos del PBI. Y si se cuentan la "maquinita" y otros subterfugios nacionales, sería de 4,3 puntos. Una vuelta de campana fiscal colosal para el kirchnerismo, que llegó a tener 4 puntos de superávit.

¿Qué otra cosa podría hacer CFK el año próximo, cuando necesitará de los gobernadores para apurar la reelección, si no "acelerar la maquinita"? Pareciera que la discusión es sólo acerca de una cuestión de grado. Si la economía y las exportaciones repuntan, habrá menos "empapelamiento". Y si no, más. De ello dependerá cuánto aumentará la inflación y la situación que habrá que enfrentar después de los comicios, en el mejor de los casos.