Pese a algunos intentos de algunas pocas figuras de pararse en la vereda de enfrente con alternativas potables y no sólo con un discurso opositor, les cuesta conjugar un accionar que les permita instalar temas de debate, y no sólo estar siguiendo los ensayos del gobierno.

Hoy por hoy, los dirigentes opositores pareciera que se comen todas las operaciones lanzadas desde el oficialismo y se entreveran en las discusiones que propone el gobierno, o en temas menores que no ameritan siquiera una mínima línea de reflexión, pero que son tomados como dogmas de fe a seguir.

Y hay preocupación entre algunos -pocos- dirigentes de partidos de oposición que en charlas privadas admiten estar envueltos en una parálisis, que les impide crecer en sus propuestas y pararse como corresponde frente al gobierno. Le escapan a la foto con otros referentes opositores que intentan reeditar una especia de Grupo A, que tan poco resultado les dio el año pasado, y comienzan a dejar de lado apetencias personales para encaminase a negociaciones que les permita un armado político para el 2013, sin mirar el 2015.

Desde la provincia de Buenos Aires, algunos dirigentes cercanos a Francisco de Narváez han comenzado a dialogar con dirigentes del Pro, en la búsqueda de un frente que les permita reeditar el 2009, pero con la premisa de despejar el 2015, no hablar de ese año, sino de cómo debería construirse una alternativa para las legislativas del 2013, capaz de enfrentar al kirchnerismo.

En este sentido, algunos creen que Daniel Scioli compartirá, nuevamente, las listas del Frente Para La Victoria, y que Sergio Massa no jugará sólo, lo que los llevaría a rearmar un esquema similar al que les dio la victoria frente a Néstor Kirchner.

Para eso, el Pro debería dejar a Gabriela Michetti en la Capital federal- que es el deseo de la actual diputada- o en caso contrario plantearse una especie de interna entre ella y Francisco de Narváez, que sigue recorriendo la provincia como el primer día.

Creen, desde este peronismo disidente, que en ese frente necesariamente deben estar todos los peronistas que se han puesto en la vereda de enfrente de Cristina Kirchner, incluido Hugo Moyano.

El líder de la CGT, si bien está en un armado político, ha desechado esta semana ir como candidato a diputado el año próximo, lo que llevaría a que toda su poderosa estructura sindical sea puesta al servicio político de un armado que enfrente al kirchnersimo.

El Pro no logra ampliar su base de sustentación política, y más allá de la figura de Miguel del Sel, no ha podido avanzar en sumar figuras de peso o estructuras peronistas a su armado nacional. Mauricio Macri ha comenzado a notar como el peronismo, una vez más, piensa en si mismo y difícilmente algún dirigente de peso peronista esté dispuesto a compartir cartel con él.

Más allá de la foto en el estadio Mario Kempes de Córdoba, José Manuel de la Sota ha avisado que nada lo une políticamente a Macri. No lo siente propio y en su intimidad no cree que Macri llegue algún día a Presidente.

Son varios los dirigentes de la oposición, sobre todo peronistas, que sienten que Macri no está decidido a jugar fuerte, y perciben que le da lo mismo llegar a la Rosada o irse a su casa. Y hay muchos peronistas se sienten incómodos con Macri al lado, y lo hacen saber. No resultaría nada extraño que en los próximos días se produzca algún encuentro entre Francisco De Narváez y José Manuel de la Sota, con el objetivo de explorar alguna posibilidad de armado a futuro. Pero todos en el peronismo prefieren medir bien las jugadas, para no quedar descolocados. Saben que el gobierno esta fuerte y dispuesto a todo.

De la Sota ya movió las fichas y ha avisado que está dispuesto a jugar. Está convencido que puede aguantar con fondos propios en su provincia, y por el momento, su imagen positiva en Córdoba ha crecido considerablemente, en niveles superiores a los de hace un año, cuando ganó la gobernación. Sabe que tiene un camino difícil por delante, largo, pero no renunciará de antemano a ponerse entre los candidatos para el 2015.

El Frente Amplio Progresista con Hermes Binner a la cabeza está tratando de superar los primeros corcoveos internos, producto de discrepancias que se presentan entre los socios frente a los proyectos presentados por el gobierno, y las posturas disímiles que hay entre ellos, por ejemplo frente al voto joven.

Otro punto de disidencias fuerte, con quien asociarse o no, frente al 2013. Las declaraciones de Binner -luego corregidas- de que no tendría limites con Macri, produjeron un fuerte cimbronazo interno que estuvo a punto de hacer tambalear la construcción que los diferentes sectores políticos vienen haciendo. La rápida rectificación de Binner, tranquilizó momentáneamente las aguas. Y con los radicales, hay provincias como Córdoba, donde Luis Juez nada quiere saber de ir juntos. Diferente es la provincia de Buenos Aires, donde radicales y el Gen de Margarita Stolbizer siempre cruzan guiños, aunque nada concreto se de por el momento.

Los radicales son los que más difícil la tienen. Pese a los intentos de su Presidente, Mario Barletta, de levantar el partido y de posicionarlo nuevamente el internismo puede más. Y la carencia de figuras convocantes a nivel nacional, más los errores cometidos durante el último año, lo muestran aún débil para la batalla que se avecina.

Sólo un avance del gobierno en el Congreso, antes que termine el año, de intentar querer sacar la necesidad de reformar la Constitución Nacional, podría ponerlos a todos en guardia. Y ya se sabe que el gobierno no se anda con chiquitas.