SANTA FE.- El grupo brasileño JBS cerró definitivamente el frigorífico de Venado Tuerto (ex Swift) y los últimos 34 trabajadores que mantenían la relación de dependencia, aunque percibiendo sólo la garantía horaria establecida por ley, fueron indemnizados.

La firma cesó sus actividades el 3 de enero pasado, luego de trasladar sus operaciones a la planta que la empresa tiene en Villa Gobernador Gálvez, en el Gran Rosario. En varias ocasiones sus directivos ratificaron que no reabrirían ni venderían las instalaciones venadenses.

"Se cerró una etapa muy dolorosa, porque los únicos que cobraron la indemnización que les correspondía por ley fueron estos 34 trabajadores. El resto, más de 500 empleados, se desvinculó de la empresa a través de acuerdos individuales que no fueron ni siquiera homologados por el Ministerio de Trabajo", expresó Cristian Crudelli, secretario general del Sindicato de la Carne de Venado Tuerto.

Mientras tanto, la planta de Villa Gobernador Gálvez se centrará en la elaboración de hamburguesas, salchichas y otros subproductos para contrarrestar la baja de las exportaciones y la caída del consumo interno de carne, que llegó en 2011 a 54 kilogramos por habitante, la cifra más baja en los últimos cincuenta años, según estadísticas del Instituto de Promoción de Carne Vacuna (Ipcva).

JBS empleaba, a fines del año pasado, medio millar de obreros. Cuando la planta cesó su producción, sólo 34 descartaron el retiro voluntario. Finalmente, ayer fueron los únicos que cobraron el ciento por ciento de las indemnizaciones que correspondían por ley.

Críticas

Al evaluar lo sucedido en los últimos meses, Crudelli volvió a cargar contra el gobierno provincial, al que le reprochó que "nunca se sentó ni llamó a una mesa para intentar encontrar una solución al tema".

Incluso, autoridades municipales gestionaron ante la empresa la posibilidad de una venta, ya que había empresarios de la zona interesados en explotar el frigorífico. Sin embargo, la empresa mantuvo inalterable su posición: frigorífico cerrado, pero no en venta.

El gremialista Crudelli advirtió que el ex Swift no va a ser el único frigorífico de la provincia que correrá la misma suerte. Por ejemplo, la empresa Marú, con sede en la ciudad de Rufino (extremo sudoeste de la provincia), también presentó un procedimiento preventivo de crisis.

LA NACION intentó contactarse con fuentes habituales de JBS, pero al cierre de esta edición no recibió ninguna contestación a las llamadas.

De acuerdo con diversas estimaciones privadas, en los últimos dos años cerraron en la Argentina más de 120 plantas frigoríficas y alrededor de 12.000 obreros del sector perdieron sus puestos de trabajo.