Después de una semana políticamente brava en torno a distintos temas de gestión que lo preocupan y, según cercanos colaboradores, notando que Mariotto y algunos legisladores que le responden avalaban pedidos de informes de la oposición, Scioli se destapó con una definición política que no solamente sorprendió al kirchnerismo de paladar negro, sino que lo convirtió en el primer dirigente político de la Argentina en plantar la bandera del 2015.

¿Que llevó a Scioli a dar ese paso político tan inusual?

Lo primero que hay que decir es que no fue una definición tomada en caliente. Es más, dicen que se pasó la noche del viernes y la madrugada del sábado desvelado pensando en una respuesta a los que, según él sentía, lo estaban hostigando políticamente. Todo tiene un límite y hay que poner un límite, fue lo único que se le escuchó decir cuando se despidió de sus colaboradores inmediatos el viernes a última hora. La declaración del sábado, pensada en un medio que no fuera ni opositor ni oficialista, neutro, sorprendió a propios y extraños.

Dicen en el entorno de Scioli que, hace dos meses, uno de los principales hombres del gobierno nacional, de contacto diario con la Presidenta y uno de los pocos que ingresaba en épocas de Kirchner a la residencia de Olivos, y lo sigue haciendo ahora, le había sugerido: Si vos blanqueás tu deseo de que querés ser candidato a Presidente te va a servir a vos y vas a ayudar a distender la situación política.
El lunes, cuando algunos colaboradores le preguntaron porque había adelantado los tiempos, Scioli dijo: Yo sé que a la Presidenta no le va a molestar, y lo único que me importa es su opinión. Yo hablo con Cristina.

Otro hecho que molestó a Scioli fue que Mariotto llevara a 25 intendentes a la Quinta de Olivos el jueves pasado. Se sintió puenteado por su vicegobernador y sólo recuperó la sonrisa cuando se enteró que, cuando un intendente lo quiso criticar, la Presidenta lo paró en seco y le dijo: acá no se lo critica al gobernador.

Ayer la Presidenta no sólo nada dijo en el acto que compartieron en San Fernando, sino que lo sentó a su lado. Y se sabe que en el kirchnerismo los gestos valen. Y que si la Presidenta algo tenía para decir, lo hubiera dicho.

Igualmente, la relación entre Scioli y su vicegobernador está congelada. Hace diás que no se hablan y el lunes a la noche, en el programa Con Voz Propia en A24, Gabriel Mariotto dijo que estaba cumpliendo con su rol institucional, que habían sacado todas las leyes que el gobernador les había pedido y que era un exabrupto pensar que él buscaba erosionar el poder institucional del gobernador.
Igualmente, por el momento, no hay voluntad de dialogo entre ambos.

En el entorno del gobernador algunos piensan que fue un error politico de Scioli entregar a la Presidenta la potestad de designar a su vice. Scioli estaba en condiciones de decir que no, pero aceptó eso pensando que le iban a cumplir con lo que le prometieron algunos de los colaboradores de la Presidenta, en el sentido de que como formaban parte de un equipo, no tenía que tener miedo y que lo iban a ayudar. Ahora sienten que esa persona no cumplió con lo prometido.

Yo no sé si Scioli puede profundizar el modelo, pero estoy seguro que Scioli lo puede sostener, dice la fuente consultada sobre el futuro del gobernador y frente a los cuestionamientos del kirchnerismo de paladar negro que sostienen que si Scioli es candidato y llegara a la Presidencia dejaría en el camino muchos de los logros del kirchnerismo.

Hoy por hoy, y según las últimas encuestas, Daniel Scioli no sólo es el mejor posicionado dentro de los eventuales candidatos del justicialismo, sino fuera del mismo. Es cierto que afronta una situación económica difícil en su provincia y que tiene meses duros por delante. En el elenco de Scioli sostienen que el gobierno nacional no puede desentenderse de la provincia de Buenos Aires, y que tendrán que acudir en su auxilio.

Pero los cruces políticos no sólo se dan entre Scioli y el vicegobernador. Otro que pasa una situación difícil es el Ministro de Economía, Hernán Lorenzino. Siente que está cercado por su Viceministro, Axel Kicillof, y la misma situación la siente el Secretario de Hacienda, Juan Carlos Pesoa. Se tienen que bancar muchos desplantes, les nombran funcionarios por detrás, les volantean el Ministerio, no es bueno que eso esté ocurriendo, dice un kirchnerista que navega las aguas entre la Nación y la Provincia de Buenos Aires.

Nuestro espacio tiene que recuperar el dialogo. Hoy no se puede hablar, no tenemos interlocutores, sólo escuchan a unos pocos, se lamenta este kirchnerista, de la primera hora. Es una letanía que últimamente se repite seguido entre varios funcionarios del elenco oficial.