El especialista destacó que los factores que más afectan la digestibilidad del almidón son el tamaño del grano, la falta de procesamiento debido a la fermentación y la dureza del maíz Flint que se usa en Argentina comparada con la menor dureza del maíz dentado que se usa en los Estados Unidos.

En su paso por el V Congreso de Conservación de Forrajes y Nutrición, que se llevó a cabo el 3 y 4 de noviembre en Rosario, Fred Owens explicó "La verdadera necesidad del procesamiento de los granos".

"La principal fuente de energía en los cereales es el almidón. Por eso es que la digestibilidad del almidón es sumamente importante para que los animales puedan ingerir energía que les permita producir leche o carne", relató el profesor Emérito de la Universidad Estatal de Oklahoma, Estados Unidos.

Sin embargo, aclaró Owens, hay diferentes factores que pueden afectar su digestibilidad. "En el grano seco el principal problema es su dureza y la presencia de una cubierta que impide el ingreso de las bacterias para poder quebrarlo y digerirlo", indicó. Para el especialista, en este caso la solución más sencilla es moler el material en partículas finas antes de dárselo como alimento al animal.

"Este problema puede ser más importante en la Argentina que en los Estados Unidos porque acá se usa maíz flint que es más duro que el maíz dentado que se utiliza comúnmente en Estados Unidos", agregó.

"El otro factor que afecta la digestibilidad del almidón es el ensilaje, o sea el proceso de fermentación previo a la ingesta. Cuando uno fermenta el producto, las proteínas que protegen el almidón se degradan y hacen que el almidón esté más disponible. Pasa lo mismo cuando se fermenta el grano ensilado porque se permite la liberación del almidón. El ensilaje más maduro tiene el grano duro y este es más difícil de digerir. Entonces, sería bueno procesar el grano en el momento de la cosecha para hacer más eficiente el ensilaje", explicó.

"Sé de algunas personas que le dan maíz Flint entero al ganado y desafortunadamente la mayoría de este producto va a pasar por el aparato digestivo del animal sin que se digiera. Por eso, sobre todo cuando uno usa maíz Flint es más importante hacer un procesamiento antes de usarlo como alimento para el ganado", destacó.

En este sentido, Owens señaló que la mejor manera de evaluar cuánto almidón se digiere es tomando una muestra de materia fecal. Cuanto mayor sea el nivel de almidón que se encuentre en la muestra menor va a ser la cantidad que se digirió. "Cuando se encuentran en la muestras de materia fecal mayor contenido de almidón, lo que evaluamos es que no estamos haciendo un buen trabajo, no estamos procesando el grano correctamente antes de alimentar al animal y por eso no lo pudo digerir", sintetizó.

A la hora de evaluar cuál sería el tamaño ideal maíz molido, Owens resalta que cuánto más fino sea más fácil es de digerir, pero entiende que es muy caro hacer una molienda muy fina. Asimismo, advierte que "si la dieta contiene muchos granos la molienda va a hacer que se genere ciertos ácidos, entonces hay que buscar un equilibrio entre mejorar la cantidad y la digestibilidad del almidón y evitar la acidosis. Si la dieta incluye más forraje o materiales que no tienen almidón va a hacer falta mayor procesamiento. Por otro lado, si es en base a granos y la ingesta de los animales es fluctuante, la posibilidad de acidosis aumenta. Entonces, hay que encontrar un equilibrio".