Trescientos chacareros participaron de una concentración organizada por Federación Agraria en la localidad santafesina de Rufino, donde se protestó contra el esquema diseñado para la comercialización de trigo .
“Con Martínez de Hoz, Cavallo y Moreno siempre ganan ellos: Cargill, Dreyfus, Bunge, Molinos y Toepfer”, resumía un pasacalle colgado sobre uno de los 47 tractores que formaron parte de la caravana.
“Nosotros sembramos y el Gobierno cosecha” , se planteaba a modo de queja otra bandera improvisada.
El tractorazo se inició cuando caía la tarde y finalizó frente a la planta de acopio de Cargill, una de las multinacionales a la que los productores acusaron de ser uno de los “amigos del poder” que ganan con el actual modelo.
El reclamo apuntó a la apertura en las exportaciones de trigo -en Federación Agraria estiman que el mercado interno deja unos 10 millones de toneladas de excedente- para que el productor no se convierta en rehén de las grandes empresas, a las que denunciaron de aprovecharse del esquema y pagar precios viles.
Eduardo Buzzi pidió a Cristina Kirchner que tome “medidas de reconciliación con el campo” . Pero no tuvo compasión con Guillermo Moreno, al que acusó de ser el “gerente de las multinacionales” y de los grupos más concentrados” del comercio de granos.
Aunque se cursaron invitaciones para que Hugo Biolcati (Sociedad Rural), Carlos Garetto (Coninagro) y Mario Llambías (Confederaciones Rurales Argentinas) asistieran al tractorazo, los tres prefirieron evitar la protesta.
A horas de que el ministro de Agricultura Julián Domínguez, reciba a los representantes de la mesa de enlace, el tractorazo causó malestar entre las entidades que comparten el espacio con FAA. Buzzi aconsejó a sus colegas “que no se pongan celosos” . Y los llamó a actuar de manera “conjunta”.
Los productores estimaban ayer que el tractorazo permitirá “marcar la cancha” la reunión con el ministro. Alfredo De Angeli planteó que si no llegan las soluciones en esa reunión las asambleas se multiplicarán en todo el país. Anoche, en el club Español de Rufino, ya debatían como una posible medida de protesta un cese en la comercialización de trigo.