Convencidos de que el Gobierno no puede frenar la distorsión que pesa sobre el mercado del trigo, los dirigentes de la Comisión de Enlace de entidades rurales se reunirán hoy en Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) para definir una medida de protesta.

"Los ánimos están bastante caldeados", dijo una fuente de una entidad rural. Ninguno de los dirigentes quiso adelantar la modalidad que tendrá la eventual protesta. Las opciones van desde manifestaciones frente a los puertos exportadores de granos hasta un cese de comercialización.

Para frenar cualquier escenario de confrontación, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, dijo ayer que está dispuesto a recibir a la Comisión de Enlace la semana próxima. En declaraciones al sitio de internet edicionrural.com el funcionario adelantó que convocará a los ruralistas para contarles las medidas que tomó el Gobierno, como el crédito del Banco Nación para que los productores retengan el cereal.

"Hay que velar ahora para que la molinería y la exportación paguen el precio que se han comprometido a pagar, para que los productores reciban el FAS teórico (precio pleno, menos retenciones y gastos de comercialización) como se estableció en el acta acuerdo del trigo", dijo Domínguez.

Pero los dirigentes rurales creen que el ministro de Agricultura no tiene margen de maniobra para impulsar la apertura total de las exportaciones de trigo y obligar a los exportadores y a la industria molinera a que compitan por el cereal, tal como fue la tradición en el mercado de granos. Saben que quien tiene la última palabra es el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que preside la llamada Mesa del Trigo, en la cual se deciden los cupos para exportar.

Hace un mes los ruralistas le pidieron una audiencia a Domínguez y, ante al falta de respuesta del funcionario, que sólo tuvo contactos individuales con los dirigentes, solicitaron, hasta ahora sin éxito, una reunión con la presidenta Cristina Kirchner.

Respecto de la posibilidad de que el campo vuelva a la protesta, el ministro de Agricultura dijo que "hay que respetar que los dirigentes del agro piensen diferente y que reclamen lo que les parece justo para el productor" y añadió: "No imagino un escenario como el de 2008".

En las últimas semanas del mes pasado se desató una verdadera guerra de declaraciones entre Domínguez, los molineros, los exportaciones y los dirigentes rurales.

El ministro criticó a los exportadores y a los molineros por no pagar el precio pleno a los productores y éstos se defendieron mediante una solicitada en la que afirmaron que pagaban el precio pleno por el trigo menos los gastos de flete. Además, responsabilizaron a los acopiadores y a las cooperativas por no pagar más a los productores. Los ruralistas, a su vez, dijeron que la expresión de los molineros no se correspondía con la realidad ya que los productores estaban percibiendo entre 14 y 30 dólares menos por tonelada por el precio del cereal. Y sostuvieron que la falta de transparencia en el mercado y la intervención del Gobierno es lo que perjudica a los agricultores.