El intendente de Tostado, Enrique Fedele, aportó el dato. Dijo que en los últimos cuatro años no cayeron 3.500 milímetros de lluvia, lo que se tradujo en la muerte de animales y en la pérdida de puestos de trabajo. El agua para consumo humano debe ser buscada en la cooperativa del lugar, con bidones. La sequía golpea con fuerza al norte de Santa Fe. No es una novedad, pero el problema no encuentra solución alguna.

El intendente de Tostado (departamento 9 de Julio) dijo que “en estos últimos cinco años tenemos una falta de agua muy importante” pero resaltó que “los últimos tres años fueron graves”. La carencia de este vital líquido “ha provocado que hayamos perdido el 50 por ciento de la ganadería y más del 50% de la gente ocupada en la zona rural” confirmó el mandatario municipal.

En la zona apenas si muy rara vez caen entre 10 y 15 milímetros de agua del cielo. “Esta zona del departamento 9 de Julio y parte de Vera (han tenido) lluvias insignificantes” expresó. “En cuatro años llevamos un déficit de 3.500 milímetros, es agua que no ha entrado a la tierra, es pasturas que se han perdido” agregó Fedele.

Al ser consultado sobre la provisión de agua en la planta urbana de la ciudad, el intendente confirmó que la situación “está medianamente controlada” pero describió que para poder tomar agua limpia, cada vecino debe ir con el bidón en la mano hasta la cooperativa de la zona y llenarlo.

Fedele manifestó que desde el Municipio que conduce “estamos invirtiendo en el tema social” y criticó la falta de ayuda por parte del Gobierno provincial. “Hemos hecho reclamos formales, hace dos meses estuvo (el ministro de Desarrollo Social de la provincia, Pablo) Farías” pero después no hubo más respuestas. “Hay un descuido importante de la presencia del Gobierno en este sentido” se quejó.