Jornada de actualización sobre sanidad en el cultivo de soja
en el INTA Marcos Juárez
Un mapa de las enfermedades sojeras
El pasado viernes 28 se realizó en el INTA Marcos Juárez una jornada de
actualización sobre la situación sanitaria del cultivo de soja en la Argentina,
durante la campaña 2009/10, enfocando además las perspectivas para la próxima
campaña.
La preocupación sobre el tema, debido a la prevalencia de enfermedades de fin de
ciclo (principalmente “mancha ojo de rana”) motivó la afluencia de alrededor de
300 profesionales de las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. El
programa de la jornada tuvo como disertantes a especialistas del INTA, de la
Universidad Nacional del Litoral, del ministerio de Agricultura y de la estación
experimental Obispo Colombres (Tucumán), con el objetivo de analizar la
situación en el marco de ese panorama y evaluar las principales decisiones de
manejo para la campaña 2010/11.
Según los especialistas, el panorama sanitario de la soja en la Argentina ha cambiado, pasando de ser un cultivo prácticamente libre de enfermedades a la situación actual, donde se consideran a las mismas como responsables de severas reducciones en el rendimiento y la calidad, con el consecuente impacto negativo en la producción y rentabilidad del cultivo.
La jornada fue una suerte de mapa de la incidencia de las principales enfermedades en las regiones sojeras. En primer lugar el Ing. Ivan Bonacic Kresic, del INTA Sáenz Peña (Chaco), expusieron el panorama en el NEA, donde durante la última campaña se diagnosticó Mancha Ojo de Rana (MOR) sobre muestras procedentes del departamento 9 de Julio de esa provincia, aunque sin detectarse lotes severamente afectados por la enfermedad y sembrados con los grupos de madurez normalmente empleados en la región (VIII). Dentro de las enfermedades de fin de ciclo (EFC), los profesionales destacaron la presencia de las bacteriosis como las de mayor prevalencia y el progreso de otras de conocida importancia en la región por su potencial de daños, entre ellas el tizón foliar por Cercospora kikuchii y antracnosis (Colletotrichum spp).
En cuanto al sur de Santa Fe, la Ing. Mariel Lago, del INTA Oliveros, informó que la campaña se caracterizó por la manifestación generalizada de enfermedades destacándose un alto impacto de MOR y en menor medida la mancha marrón (Septoria glycines) y el tizón foliar por Cercospora, con presentación tardía de roya de la soja, sin provocar ésta daños de magnitud a nivel regional. Apuntó Lago que MOR se presentó en forma anticipada y con mayor intensidad que en la campaña anterior, con un 65% de lotes afectados a fines de diciembre de 2009 y con condiciones ambientales que favorecieron el desarrollo de la enfermedad a partir de enero y durante todo febrero de 2010. “En cultivares de buen comportamiento la incidencia final promedio fue de 10% con una severidad promedio de 0,17 manchas/folíolo, lo que demuestra la importancia de la elección del cultivar para el manejo de esta enfermedad”, dijo la profesional del INTA Oliveros. En cuanto a mancha marrón, en esa región se observó durante todo el ciclo del cultivo, afectando el 50% se los lotes hacia enero y alcanzando el 100% de prevalencia a partir de febrero.
La mancha que se escapó
“Si el diagnóstico de la enfermedad no es el correcto, el manejo tampoco lo va a ser”, definió el Ing. Antonio Ivancovich, especialista del INTA Pergamino, “por eso es necesario recalcar las diferencias entre una y otra patología y en la forma del monitoreo para no incurrir en errores como sucedió con MOR”, dijo, apuntando que a muchos “se les escapó” esta enfermedad al hacerse monitoreos semanales (como se hace con Mancha Marrón) cuando lo recomendable son no más de tres días entre observaciones. “Además de Ojo de Rana, para nuestra zona la mancha marrón es muy importante, como también el tizón de la hoja. Para todas básicamente el manejo se debe hacer con fungicidas”, agregó Ivancovich, destacando que “de todos modos MOR tiene además la posibilidad de ser manejada a través de la resistencia genética, lo cual da cierto optimismo para combatir el problema en la medida que los semilleros incorporen la resistencia, el problema se va a superar en el corto o mediano plazo”.
“Mancha Ojo de Rana es un hongo que lo venimos viendo ya desde hace dos
campañas pero este año con muchísima mayor prevalencia, incidencia y severidad
que en la última campaña, con el agravante que las afecciones comenzaron en
estados vegetativos”, apuntó la Ing. Silvia Distéfano, del INTA Marcos Juárez en
referencia al progreso e importancia adquirida por esta enfermedad. Según
Distéfano, esto se debió a una combinación de factores, fundamentalmente la gran
cantidad de rastrojos infectados de la campaña anterior, la gran cantidad de
cultivares susceptibles sembrados en la zona y óptimas condiciones
predisponentes para su aparición (temperaturas elevadas,.precipitaciones
frecuentes y elevadas horas de rocío Estas condiciones continuaron en los
estadíos reproductivos tempranos, comenzando a observarse severidades en hojas
que superaban el 50% detectado en la campaña anterior. Esto motivó la
incorporación de un nuevo grado en la escala de severidad que en la campaña
2008/09 se había diseñado para clasificar cultivares de los grupos de madurez II
al VII según su respuesta a MOR. Este grado (6) implica un 100% de incidencia y
más del 50% del área foliar afectada con más de 6 manchas/cm2. Las pérdidas en
algunos lotes estuvieron en el orden del 60% de rendimiento.
Distéfano recomienda partir monitoreando los lotes desde bien temprano para
detectar la aparición de la enfermedad. “Ya se sabe que el control químico
funciona y tomar en tiempo la decisión de aplicar quizás sea la principal receta
para la próxima campaña, ya que es escasa la oferta de variedades con
resistencia a la enfermedad en los cultivares de grupos de madurez cortos que se
siembran en la zona”, concluye.
Lote aplicado no debería ser lote olvidado
La Ing. Margarita Sillón, de la Universidad Nacional del Litoral, informó que
en un 80% se manifestaron enfermedades foliares en mayor medida en mancha marrón
y tizón foliar en los cultivos hacia enero. A partir de febrero y marzo se
registró un gran número de casos fundamentalmente de MOR y roya de la soja,
coincidiendo con Ivancovich en que la primera fue “subestimada”. No obstante
esto agregó que “hay entre un 10 y un 14% de problemas referidos a podredumbre
de raíz y tallo que no se debería desatender, algunos casos de cancro en el
centro de la provincia, bastante muerte súbita sobre todo en cultivos que
tuvieron algún tipo de stress hídrico y térmico y se registra un problema
emergente en nemátodos que hay que tener en cuenta y sobre el cual estamos
trabajando en la UNL con un proyecto de investigación que relaciona la
interacción que puede haber entre los nematodos y los patógenos de suelo que son
los que generalmente preocupan a nivel regional”.
En cuanto a roya puntualizó la profesional que “luego de los daños que provocó
en 2007 en Santa Fe, venimos de dos o tres años donde no fue una enfermedad
limitante. Si bien este año se detectó en los primeros días de febrero, no
progresó en incidencia ni en severidad debido a las altas temperaturas y se
minimizó su avance, pero cuando las condiciones climáticas cambiaron a partir
del 1 de marzo mucho de los lotes que habían sido aplicados con fungicida en
enero ya estaban fuera de la cobertura del product. Creo que eso se minimizó y
en esos lotes se registraron reinfecciones importantes de roya de la soja,
muchos de los cuales se asociaron además a reinfecciones importantes de mancha
ojo de rana. Esos lotes tuvieron problemas de tallo verde, gran deterioro de
vainas por otras enfermedades que surgieron luego, como antracnosis y tizón del
tallo y vaina, y así lotes donde se apuntaba a 44qq/ha terminaron rindiendo 15
q/ha”.
En coincidencia con sus colegas, remarcó la Ing. Sillón la necesidad de un
ajustado monitoreo en la próxima campaña: “lote aplicado no implica lote
olvidado, los que trabajan en plagas están por detrás para ver si hay o no
aumento de la misma y con las enfermedades en alguna región endémica como sur de
Córdoba, Sudeste y Centro de Santa Fe vamos a tener que manejarnos de la misma
manera”.
A su turno, la Ing. Norma Formento, del INTA Paraná, comunicó que en Entre
Ríos “hay enfermedades endémicas como la roya asiática y en esta campaña, junto
con MOR han sido las principales enfermedades en etapas definitorias del
rendimiento ”. También indicó que tempranamente se registraron niveles inéditos
para la región de antracnosis. “Entre Ríos se caracteriza por tener
prácticamente el 98% del cultivo de soja en siembra directa y una gran ausencia
de rotaciones y mucho rastrojo en superficie, por lo tanto mancha marrón, tizón
foliar, antracnosis, la roya asiática, y mancha ojo de rana este año han
provocado que alcancemos un promedio de 2.500 kg/ha cuando los cultivos de soja
prometían rendimientos por encima de 3500”, resumió.
“Entre Ríos se caracteriza por haber tenido ataques de roya muy importantes y
por lo tanto el monitoreo es la herramienta fundamental que utilizan los
asesores técnicos, pero creemos que MOR es un problema nuevo que requerirá
ajustes como la frecuencia del monitoreo, el udo de variedades resistentes y el
análisis de la influencia de la semilla y el rastrojo infectados en la
superficie del suelo”, opinó Formento.
Al finalizar la jornada disertó la Ing. Victoria Gonzalez de la EEA Obispo Colombres de Tucumán. Se refirió a los problemas que normalmente afectan la zona sojera de Tucumán, el este de Catamarca, el sur de Salta y el norte de Santiago del Estero. Fundamentalmente enfatizó la prevalencia de las enfermedades de raíz y tallo: muerte repentina (Fusarium spp) en el estadío R5, podredumbre carbonosa (Macrophomina phaseolina) en el estadio R6 y la podredumbre por Phytophthora desde V6 a R1.
Comentó que mancha marrón se presentó con incidencias de hasta un 85% pero con severidades que no superaron el 25%, por lo cual no hizo falta realizar aplicaciones con fungicidas. Otras enfermedades que se detectaron fueron mildiu, mancha anillada, micromancha, tizón de la hoja, mancha por Myrothecium, roya, distintas virosis y bacterias.
Sobre el tema mancha ojo de rana, la Ing. comentó: “Tuvo en los últimos 10
años un comportamiento errático, siendo la campaña 2002/2003 la más severa. En
la campaña que finalizó la observamos en cultivares susceptibles en las
localidades de Burruyacu en Tucumán y Las Lajitas en Salta. En estas zonas se
siembra gran superficie con cultivares resistentes por lo cual las pérdidas se
diluyen”
Concluyó su disertación comentando “Las enfermedades se presentaron en general
con baja severidad en la campaña 2009/2010, sólo al final del ciclo, en algunas
localidades se detectaron valores superiores al 50% de severidad por Cercospora
kikuchii”.


