Mercado firme, sostenido por una oferta muy reducida, que ya había caído un 10 por ciento en noviembre-febrero, y que ahora en marzo cae otro escalón adicional de similar magnitud.
La demanda interna ya no tiene la firmeza de un año atrás, pero la exportación ha venido creciendo a lo largo de los tres primeros meses del año, hasta significar en las semanas previas al paro el 20-22 por ciento de la demanda total, al registrarse sorpresivamente una suerte de "zona liberada" para las ventas al exterior.
El mundo ha sufrido el cimbronazo económico más grave en 75 años, pero hoy parecería que no habría dificultades –a precios 40 por ciento inferiores a los de julio pasado– para colocar unas 500 mil toneladas anuales en nuestros principales mercados (Rusia, Unión Europea, Israel, Venezuela, Chile, etcétera).
Desde diciembre, el precio del novillo en Liniers subió un 40 por ciento, mientras que el precio mayorista de la media res que recibe el carnicero se incrementó en un 30-35 por ciento y el precio al mostrador lo hizo sólo un 10-15 por ciento.
Toda la cadena de valor a partir de la tranquera ha debido asimilar la suba del precio de la hacienda en pie: los frigoríficos no pueden hacer nada para bajar los valores que pagan por el ganado porque hay muy poca oferta y hay un considerable grado de ociosidad en las plantas, mientras que los minoristas han debido reducir los márgenes extraordinarios con que venían trabajando porque el público ya no está dispuesto –a diferencia de los años anteriores– a convalidar aumentos extraordinarios en los valores al mostrador.
Como consecuencia de todo esto, se habría recuperado un par de puntos (del 20 al 22 por ciento) la participación del productor en el precio final de la carne, participación que hace sólo tres años llegó al 30 por ciento.
Se espera una oferta pastoril muy limitada por el resto del año, con alguna recuperación entre el final del invierno y el principio de la primavera; en cuanto al feedlot, se espera que exprese su máxima oferta a partir de mediados de abril para estabilizarse luego en altos niveles por tres o cuatro meses.
Los feedlots temen que a partir de mayo-julio, al registrarse este año una zafra de terneros adelantada y un fuerte alivio de los campos, se produzca una marcada escasez de invernada, que dificulte la reposición y que reduzca en forma anticipada el porcentaje de ocupación de los corrales.
Panorama en EE.UU. De acuerdo al informe del Kansas University Center ("Focus on Feedlots"), la performance del engorde a corral de los animales terminados en enero de este año en Estados Unidos fue excepcional.
En un engorde promedio de 149 días para los novillos, la ganancia diaria fue de 1,64 kilos diarios, habiendo entrado con un peso medio de 373 kilos y salido para faena con 616,4 kilos.
El costo por kilo ganado fue de 1,97 dólar, reflejo de los todavía muy altos
precios de los principales insumos: el maíz a 176 dólares la tonelada y el heno
de alfalfa a 145 dólares.
La Voz