El feriado y el menor tránsito en las rutas ayudaron ayer a que la cuarta jornada del paro del campo transcurriera sin incidentes y bajo un clima de tensa calma en los más de 60 cortes que los productores mantienen en diferentes puntos del país. En ese marco, la dirigencia rural aprovechó para redoblar la presión sobre los gobernadores, a quienes pidió no aceptar lo que denuncian como una trampa política de la administración Kirchner con la oferta de coparticipación de las retenciones, a la vez que en algunas entidades comenzaron a explorar la posibilidad de extender la medida de fuerza más allá del próximo viernes.
Después de varios mandatarios provinciales confirmaron en las últimas horas su adhesión al decreto presidencial que establece la coparticipación del 30% de las retenciones a la soja, el titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, reprochó ayer esa decisión y dijo que entre los productores hay “bronca” por esa actitud. “Al final es un poco que se saque todo el mundo la careta, es ver cómo los gobernadores se arrodillan sobre porotos de soja para recibir estos fondos que son una nueva demostración de cómo no hay un argumento que se sostenga”, criticó en alusión a Juan Schiaretti (Córdoba) y Hermes Binner (Santa Fe), que pese a acompañar el reclamo del campo aceptaron los recursos prometidos por la Casa Rosada. Más moderado, Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria (FAA), se mostró comprensivo con la decisión de los dos mandatarios, aunque les pidió que no obstaculicen la intención de los legisladores de sus respectivos distritos de discutir en el Congreso la rebaja de las retenciones. “Quiero que los gobernadores no sean un dique de contención que impidan a los diputados discutir un instrumento superador en materia de retenciones, porque los derechos de exportación los tiene que fijar el Congreso”, reclamó.
Tras los cruces y enfrentamientos que protagonizaron el lunes productores y camioneros en varios cortes, situación que hizo temer por estallidos de violencia, ayer volvió la tranquilidad a las rutas. En el territorio bonaerense se registraron alrededor de 20 bloqueos en su mayoría parciales, que solo impedían el paso de camiones que transportaran granos y ganado en pié. En cambio, el escenario era más tenso en Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba por las denuncias de la Sociedad Rural sobre la presencia de “camioneros sospechosamente aparecidos” en punto claves de la protesta agropecuaria, como Gualeguaychú, Leones, o el túnel subfluvial Hernandarias, que une Paraná con la ciudad de Santa Fe.
A esa preocupación también suma la determinación de los transportistas de carga de esas tres provincias de impedir con contrapiquetes el traslado de las cosechas desde los campos hasta los silos de almacenamiento en repudio por los cortes que realizan los ruralistas, situación que podría profundizar el conflicto en las rutas desde hoy, una vez que se normalice el tránsito tras el feriado.
En tanto, las asambleas de productores reunidas ayer en distintos puntos comenzaron a analizar la alternativa de extender el paro de comercialización más allá del viernes si fracasan los intentos para que el proyecto de rebaja de retenciones se trate en Diputados. Los productores plantean incluso la posibilidad de que la extensión de la protesta se anuncie en el marco del acto convocado para mañana en la localidad de Armstrong, en el sur santafesino.
La protesta agropecuaria ya comenzó a generar trastornos en el abastecimiento de algunos productos. Ayer no hubo actividad en el Mercado de Liniers pero desde el inicio del paro solo ingresaron 3.000 cabezas, lo que causó aumentos en los precios de algunos cortes. En tanto, desde la cámara que agrupan a los supermercados chinos advirtieron que por efecto de la protesta en 48 horas comenzarán a faltar arroz, verduras, quesos y productos frescos.