A días de conocerse el veredicto en el Senado en torno al proyecto oficial sobre las retenciones móviles, voces de la oposición volvieron a cuestionar los métodos que utiliza el gobierno nacional para inducir a sus senadores al voto positivo.
"La presidenta llama en forma personal a cada uno de los senadores para que no modifiquen una coma del proyecto", denunció Gerardo Morales, presidente de la UCR. "Hasta ahora ha sido imposible penetrar algún cambio, aún cuando reconocen falencias los propios oficialistas", dijo el senador sobre las dificultades que encuentran para modificar el proyecto.
Ayer, trascendió el llamado que Cristina Fernández le hizo a Pablo Veranii, senador de la UCR -que comulga con el oficialismo, pero que tiene una opinión independiente en el Senado- para conseguir nuevas adhesiones. Algo que Morales traduce como modos de presión.
El titular del radicalismo ha presentado junto a su compañero, el rionegrino Ernesto Sanz y colegas de Coalición Cívica y justicialistas disidentes, un proyecto alternativo al oficial. A sólo 72 horas de saber los resultados, a la oposición le preocupa el nivel de tolerancia que esgrime el gobierno nacional con sus legisladores: "La gran responsable de la inconstitucionalidad que se sancionará será Cristina Fernández, porque ella no admite ningún cambio o corrección", agregó Morales.
Una imputación todavía más delicada -que excede todo tipo de insinuaciones políticas- tiene que ver con los "aprietes" y la presunta compra de voluntades. "Kirchner presiona y arma el arbolito de Navidad con regalos para los senadores, como hizo en Diputados", aseveró el presidente de la UCR.
Y en el mismo orden, Morales, que cobró una relevancia inusitada desde que se libra el conflicto con el campo, concluyó que la presidenta "hace lo contrario de lo que predica".