Por ese motivo, continuar reforzando y fomentando la implementación de estrategias para adoptar modelos de producción sustentables es vital, pero tiene que ir acompañado de una cadena de valor robusta. El sponsoreo sustentable es una estrategia efectiva para fertilizar los brotes de un sistema de producción regenerativo, responsable y climáticamente inteligente.

Poner un incentivo para el productor, que es el corazón de la producción, es fertilizar el crecimiento de una cadena de valor de la más alta calidad, porque permite cumplir con estándares de primer nivel. En los últimos años, el concepto de valor agregado se ha reinventado, para mejor, para ofrecer productos que destacan por su calidad, pero no en lo superficial, sino en la sustancia, en sus orígenes.

Además, existen beneficios en la rentabilidad para ambas partes. Los créditos "verdes" y la financiación preferencial por cumplir con prácticas sustentables, por ejemplo, pueden reducir costos de producción hasta en un 30% (World Bank Group), ya que permiten a los agricultores acceder a tecnología eficiente y moderna con menor impacto ambiental. Esto se traduce en ahorros operativos a largo plazo, lo que incrementa la competitividad del producto final y aumenta hasta en un 10-15% su valor en el mercado internacional (Foro Económico Mundial).

Cuando las empresas premian al agricultor con apoyo técnico y recursos, no solo le están brindando mayor capacidad productiva, que implica mejores oportunidades comerciales, también están promoviendo la adopción de estrategias más eficientes desde origen. Según datos del ROI Institute, el Retorno de Inversión (ROI) de las campañas de financiamiento sustentable puede alcanzar hasta un 3 a 1, gracias al aumento de la exposición, la construcción de confianza sólida con los consumidores y evitar el Greenwashing.

Este valor agregado se traslada a los siguientes eslabones de la cadena potenciando al máximo el rendimiento en cada etapa, y es impulsado desde organismos gubernamentales en todo el mundo, como es el caso de la Mesa Técnica de Finanzas Sostenibles en Argentina.

Tal como decía El Principito: "Lo esencial es invisible a los ojos". Hoy el foco de calidad en los productos de origen agrícola es su modo de producción, su impacto ambiental y social, y su huella de carbono. Estas cosas no son tangibles de manera material frente al producto, pero sí son medibles y calculables. En este sentido, la trazabilidad es la herramienta que refuerza el vínculo entre la producción sustentable y los mercados, convirtiendo lo inmaterial en algo medible y demostrable.

La posibilidad de ofrecer indicadores sustentables directamente en el origen de la producción es el eslabón necesario para que los esfuerzos de los productores y los estímulos económicos y comerciales de las empresas se conviertan en ventajas competitivas frente a los mercados. Asimismo, esta información llega al consumidor, culminando su impacto transversal en toda la cadena con la construcción de un consumidor responsable y con conciencia ambiental, que seguirá demandando productos agrícolas social y ambientalmente sustentables.

Apoyar a los productores en la adopción de buenas prácticas agrícolas es una estrategia inteligente para las empresas que quieren seguir materializando su visión de sustentabilidad y bajo impacto. Argentina tiene todo para fortalecer su producción en esta dirección y seguir ofreciendo valor agregado desde lo que realmente importa.